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Pablo Molina

Moreno Bonilla, Susana Díaz y Canal Sur

Susana Díaz demostró por qué los rudimentos de una educación formal son imprescindibles para actuar en la vida pública.

Susana Díaz demostró por qué los rudimentos de una educación formal son imprescindibles para actuar en la vida pública.

El debate televisado del lunes entre los principales candidatos a la Junta de Andalucía nos ha permitido conocer más de cerca sus virtudes, pero sobre todo nos ha mostrado a Susana Díaz en un entorno distinto del que está acostumbrada. TVE no se distingue por su hostilidad a los socialistas, sino más bien todo lo contrario, pero Canal Sur es mucho Canal Sur (Canal Sursana, llaman a la cadena pública andaluza) y cualquier político de la Pesoe que sale de ese submundo nota inmediatamente la diferencia.

Susana Díaz demostró por qué los rudimentos de una educación formal son imprescindibles para actuar en la vida pública. Si no se tienen, uno actúa como actuó Díaz, a la que sólo le faltó plantarse en jarras delante del atril del candidato Bonilla y sacudirle dos tortas por atreverse a llevarle la contraria. Como la moderadora no era funcionaria de Canal Sur, la presidenta en funciones tuvo que ordenar los turnos de palabra y concedérsela a Moreno Bonilla después de interrumpirlo convenientemente cuando "insultaba a Andalucía", es decir, cuando discrepaba de ella.

Esto de que los políticos se arroguen la representación exclusiva de una región, incluidos sus habitantes, sus sistemas montañosos y su litoral -cuando lo tienen-, es una chifladura propia de nacionalistas, pero en el caso de la todavía presidenta andaluza está justificado porque, en efecto, nadie representa mejor la idiosincrasia andaluza que ella. En la tierra del paro endémico, donde la mayoría de la gente vive del presupuesto público de una u otra manera, nada más apropiado que el que su presidenta sea una persona a la que no se le conoce ninguna ocupación fuera de la política. Y en cuanto al fracaso escolar andaluz, de los más altos del mundo civilizado, un dirigente político que necesitó una década para acabar los estudios de Derecho... ¿cómo no va a entender a los miles de jóvenes andaluces que a los 25 años tiran la toalla y abandonan la ESO? Eso no es un problema. Es un hecho diferencial y Susana Díaz siempre estará dispuesta a cantar las cuarenta a cualquiera que se atreva a cuestionarlo.

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