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Pablo Molina

'Murcia is not Catalonia'

Nadie reniega de sus colores; excepto los aficionados del Barça. Los dirigentes del club han conseguido lo que parecía imposible.

Nadie reniega de sus colores; excepto los aficionados del Barça. Los dirigentes del club han conseguido lo que parecía imposible.
EFE

La felicitación del F. C. Barcelona al nuevo presidente regional catalán ha ido acompañada de un mensaje en el que el club muestra sus mejores deseos en esta nueva etapa "histórica y apasionante" que inicia el país, o sea, Cataluña. Sorprende que un gran club europeo, vigente campeón continental, aplauda así al político que ha decidido, entre otras cosas, que el Barça sea expulsado de las competiciones donde ahora milita. Es tan incomprensible como la complacencia de la clase media catalana con los antisistema que han jurado llevarla a la ruina, pero sobre el carácter eminentemente suicida de los nacionalistas es la ciencia psiquiátrica la que debe pronunciarse.

Si el mensaje en las redes sociales de los dirigentes del Barça es ofensivo para la mayoría de sus aficionados, más preocupante es el mapa de las peñas del club en el que Cataluña ocupa parte de Aragón, un trozo de Francia, todas las islas baleares, la comunidad valenciana ¡y un trozo de Murcia! El separatismo de Laporta, que ponía a sus jugadores africanos y brasileños a desfilar por el Nou Camp con pancartas secesionistas, ha adquirido con sus sucesores una voluntad expansionista que empieza a resultar preocupante. Habrá que ir preparando las pancartas de Murcia is not Catalonia para exhibirlas en la Nueva Condomina, porque estos tíos se nos anexionan utilizando los sentimientos deportivos y el día menos pensado podemos encontrarnos en cualquier barraca huertana un campamento de la CUP.

A lo largo de la vida uno cambia de coche, de casa, de trabajo y, en los casos más graves, hasta de esposa. Jamás cambia de equipo de fútbol. De pequeñín te fascina un equipo y, sesenta años después, lo primero que le regalas a tu nieto es una equipación del club de tus amores, no sea que salga del equipo rival. Nadie reniega de sus colores; excepto los aficionados del Barça. Los dirigentes del club han conseguido lo que parecía imposible. Enhorabuena, suerte en "esta etapa histórica y apasionante" en la que os habéis embarcado y muchos éxitos en la próxima liga. Catalana, por supuesto

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