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Pablo Molina

Zapabama y Obatero

Va a ser realmente divertido ver a todos los progres antiamericanos levitar de entusiasmo con las imágenes del evento cósmico de la Casa Blanca, la sede del maligno hasta que llegó Obama para hacer exactamente lo mismo que Bush en política exterior.

La conjunción planetaria que anunció Leire Pajín adquirirá carta de naturaleza el próximo 13 de octubre, cuando Zapatero pise por fin la Casa Blanca para una reunión en privado con su actual inquilino. Nos quedamos sin saber qué es lo que Zapatero podría hacer por Obama además de aumentar las tropas en Afganistán, que es lo que nuestro presidente se preguntaba en voz alta semanas atrás, pero al menos ya hemos descubierto lo que Barack Hussein puede hacer por Zapatero. Y es que cinco minutos en todos los telediarios y en horario de máxima audiencia charlando con Obama y la encantadora Michelle bien valen el envío de un contingente destartalado a "construir la paz" en territorio afgano.

Es de esperar que los asesores monclovitas consigan hacer entrar en esa cabecita leonesa que las efusiones amistosas no quedan bien en pantalla y que los norteamericanos, por lo general, son menos dados a las expresiones de cariño que los europeos del sur, no sea que Zapatero se deje llevar por la euforia y tengamos otro sofoco internacional de nivel moratinesco.

Para enseñarle qué es lo que no se debe hacer cuando se está con un presidente norteamericano, sólo tienen que mostrarle el vídeo de la entrevista que concedió en 2003 a un programa de televisión presentado por un progre de segunda fila, actualmente exiliado en su Cataluña natal. Zapatero compartía plató con Almodóvar, que no es Barack pero también tiene su puntito, y mientras el conductor del programa decía obviedades supuestamente graciosas, se escuchaba a Zapatero diciéndole al director manchego "te admiro tanto", mientras le ponía la mano en el antebrazo. José Luis, por Dios, moderación.

En todo caso, va a ser realmente divertido ver a todos los progres antiamericanos, valga la redundancia, levitar de entusiasmo con las imágenes del evento cósmico de la Casa Blanca, la sede del maligno hasta que llegó Obama para hacer exactamente lo mismo que Bush en política exterior y enfrentar a los norteamericanos entre sí con medidas radicales, o sea, como Zapatero por estos pagos.

No conocemos aún la agenda de la reunión, pero son dos tipos predestinados a caerse bien. El radicalismo infantil y la metafísica en política internacional son argumentos suficientes para que el próximo 13 de octubre sea "el inicio de una gran amistad". Y si hay que enviar más tropas a cualquier otro lugar del globo se mandan inmediatamente, faltaría más. Y los progres a callar y a trincar la subvención.

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