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Pablo Planas

Comandante Chistorra

Gobierna para menos de la mitad del electorado y se niega a apaciguar a sus encapuchados, que ultiman los planes para pegar fuego a lo que se les ponga por delante.

Gobierna para menos de la mitad del electorado y se niega a apaciguar a sus encapuchados, que ultiman los planes para pegar fuego a lo que se les ponga por delante.
Cordon Press

Como, según el Gobierno de Sánchez, "el pensamiento no delinque", la incitación cotidiana al odio y a la violencia de los separatistas es política, las soflamas de Torra no tienen la más mínima importancia y en Cataluña están garantizadas la libertad y la seguridad de todos los ciudadanos, disidentes incluidos, pues no en vano el presidente de la Generalidad es el representante ordinario del Estado en el Principado.

Advertía el presidente del Gobierno con gesto serio en el Congreso que, a malas, es capaz de enviar policías y guardias civiles a la región, pero ya se ha encargado la vicepresidenta Carmen Calvo de apuntar que los socios separatistas están comprometidos con el orden público, que se lo han dicho en respuesta a las cartas enviadas por el Ejecutivo y que no hay de qué preocuparse. Grande, Calvo, la misma que iba a desenterrar a Franco y quiere expropiar la catedral mezquita de Córdoba.

Mientras tanto, y en el Parlamento balcánico de Cataluña, el máximo cabecilla de los Comités de Defensa de la República (CDR), o sea Torra, persiste en despreciar a más de la mitad de la población bajo su mandato. Sostiene que el pueblo de Cataluña tiene una causa justa y que los catalanes han perdido el miedo. Puede, pero la mayoría de la población, los ciudadanos de Cataluña a los que Torra no considera catalanes, están cada vez más asustados ante los disparates nacionalistas y los llamamientos a reventarlo todo patrocinados por el Govern si el Gobierno se atreve a celebrar un Consejo de Ministros en Barcelona.

Torra no ha rectificado nunca ni está previsto que lo haga. Es claro y meridiano. Gobierna para menos de la mitad del electorado y se niega a apaciguar a sus encapuchados, que ultiman los planes para pegar fuego a lo que se les ponga por delante. Son "gente de paz" y se está creando un relato de falsa violencia", dice el comandante Chistorra. Si la sangre llega al río será culpa de "infiltrados", añaden otros iluminados, tan irresponsables o más. Los que no se conmueven con la operación bikini de los golpistas son unos fascistas, los serbios dispararon primero y sesenta muertos son una "historia de éxito". Visca Eslovenia!

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