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Pablo Planas

El nefasto Sánchez y el funesto Iglesias

El Rey es el personaje a abatir. La deriva lleva directamente a un nuevo 14 de abril.

El Rey es el personaje a abatir. La deriva lleva directamente a un nuevo 14 de abril.
Pablo Iglesias y Pedro Sánchez. | EFE

El cuajo moral del Gobierno de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias es Idoia Mendía diciendo que "es un hito el compromiso de Bildu con la gobernabilidad de España", Rufián cuando asegura que a Felipe VI lo votó Franco, Otegui afirmando que "el pueblo eligió a Torra y solo el pueblo puede juzgar a Torra" y el ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, de rodillas ante los separatistas. No caben mayores muestras de estulticia, de bajeza, de maldad y de cobardía, respectivamente.

Sánchez manda gracias a unos personajes tan deleznables como Otegui, cuyos antecedentes criminales le impedirían participar en política en cualquier otro país de nuestro entorno. O como Rufián, cuya soberbia y chulería es inversamente proporcional a su talento para ejercer de diputado. Pero al presidente del Gobierno le da igual. Y eso que no iba a pactar nunca con ellos. Ha perdido la vergüenza y deja hacer a Pablo Iglesias y a sus socios. El Rey es el personaje a abatir. Lo que sea para ocultar la enorme crisis económica que se cierne sobre España gracias a su mayúscula y pavorosa incompetencia y a la de personajes como Carmen Calvo, Alberto Garzón o Irene Montero.

No hay otro país con las previsiones económicas de España. Y todos han sido azotados igual por el coronavirus. Los datos dibujan escenarios dantescos, propios de una posguerra. El empleo cae, se desploma el PIB, las arcas del Estado tiritan, el Ingreso Mínimo Vital es mentira, los ERTE son ya el puro paro si es que se cobran, Europa no se fía ni nos fía y, ante la tesitura, el nefasto Sánchez y el funesto Iglesias desatan una crisis institucional que se solapa con las colas del hambre, el colapso de la Seguridad Social, la desesperanza de los autónomos, el pavor de los empresarios y el pánico al futuro de los desempleados.

Mientras tanto, se gestionan los indultos para los golpistas y se permite que un personaje como Torra cobre 120.000 euros de los fondos públicos una vez inhabilitado. Las ofensas, los insultos y las amenazas para quienes no comulgan con las ruedas de molino de socialistas, comunistas, separatistas y proetarras son el pan de cada día, esencia del más puro guerracivilismo. Sánchez adopta las actitudes más chulescas posibles en el Congreso, como si compitiera con Iglesias y Rufián en odio contra quienes no piensan como él. Han pasado tres años justos del golpe de Estado y los separatistas amenazan con que lo volverán a hacer. Y atacan a los jueces de la mano del Gobierno. La deriva lleva directamente a un nuevo 14 de abril.

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