Kundera, en su Libro de los amores ridículos, niega que todas las mentiras sean iguales. Hay algunas que podemos decir sin remordimiento, pero otras no. "Yo puedo inventar cualquier cosa, reírme de la gente, idear historias y gamberradas, pero no tengo la sensación de ser un mentiroso ni me remuerde la conciencia; cuando digo esas mentiras, si quieres llamarlas así, soy yo mismo, tal como soy; al decir una de esas mentiras no estoy fingiendo, sino que en realidad digo la verdad. Pero hay cosas sobre las cuales no puedo mentir. Hay cosas que he conseguido comprender, cuyo sentido he descifrado, cosas a las que quiero y que tomo en serio. Y entonces no se puede bromear."
Es, tras releer esto en este verano africano y brutal, cuando he reparado en Griñán, el cretense como digo yo, y en que cumple a la perfección aquella descripción que Marañón y Besteiro aplicaron a los comunistas de la época: mentirosos constantes y constructores de Himalayas de mentiras. Textual y respectivamente. Como todos los cretenses son mentirosos, dicen ellos mismos, nunca sabremos si Griñán ha encontrado un límite ante el cual sus mentiras se detienen.
Lo que pasa es que lo de Griñán, José Antonio, llega casi un siglo después, justo cuando los ciudadanos comienzan a perder la ignorancia crédula y esbozan las más intrépidas miradas críticas. El catedrático de Matemáticas y amigo, Mario Bilbao, procedente de la izquierda y ahora refuerzo para el PP andaluz, ha estudiado los números y hasta con los números el cretense compone sus mentiras.
Contra lo que proclama el socialista, el techo máximo de endeudamiento de Andalucía en 2013 no sólo no disminuye sino que aumenta en 1.909 millones de euros, el 1,13% del PIB de Andalucía. Por tanto, los servicios públicos en Andalucía no tendrían que sufrir ningún recorte. "El único peligro para la sanidad, la enseñanza y los servicios sociales es la gestión irresponsable y ruinosa del bipartito PSOE-IU que dirige Griñán, porque siguen alimentando la burocracia partidista e improductiva", concluye. Apostillando que, por tanto, es absolutamente falsa la queja del cretense sobre la discriminación que dice se cierne sobre Andalucía, otra trola tan grande como el pago de la deuda histórica, ahora rediviva y tan de moda.
Lástima de los andaluces que no encontramos un poco de norte entre tantos cambalacheros del Sur para los que, como en el tango de Santos Discépolo, de ¡1935!: ".. resulta que es lo mismo/ ser derecho que traidor/ignorante, sabio o chorro,/generoso o estafador.../¡Todo es igual!/¡Nada es mejor! Lo mismo un burro/ que un gran profesor".
Por eso, lamentablemente, los andaluces hemos aprendido del régimen lo siguiente: " No pienses más;/ sentate a un lao,/que a nadie importa/si naciste honrao.../Es lo mismo el que labura/ noche y día como un buey,/que el que vive de los otros,/ que el que mata, que el que cura,/o está fuera de la ley...".