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Pedro de Tena

La gran coreografía de la mentira

En un entorno de muerte de las ideologías, los vencedores son los fabricantes de espectáculos. Reconozco que la oligarquía socialista española es la gran maestra en esta disciplina. Tal vez sea la herencia de Alfonso Guerra, su primer coreógrafo.

No tengo más remedio que rendir homenaje a los grandes coreógrafos que dirigen el PSOE en España. Su capacidad para entender la política como espectáculo es verdaderamente extraordinaria. Su predisposición y su competencia a la hora de la exhibición de una mentira que se presenta como verdad son admirables. No es de extrañar en una época como la nuestra, "lo sagrado aumenta a sus ojos a medida que disminuye la verdad y crece la ilusión". La cita es de Feuerbach y quien la cita es Guy Debord, el analista de la sociedad del espectáculo. En un entorno de muerte de las ideologías, los vencedores son los fabricantes de espectáculos. Reconozco que la oligarquía socialista española es la gran maestra en esta disciplina. Tal vez sea la herencia de Alfonso Guerra, su primer coreógrafo. 

Todo lo que ha pasado con ETA desde 2004, y tal vez incluso desde antes a la vista de las últimas revelaciones de Jaime Mayor Oreja sobre los tejemanejes felipistas con los terroristas ya en 1995, ha sido diseñado como gran espectáculo para servir de aliciente electoral a las bases socialistas amadrigueradas por los errores, las estupideces y las barbaridades del equipo Zapatero en los últimos años. En este gran espectáculo servido por los medios de comunicación (con pocas excepciones) abiertos de par en par al guión socialista-nacionalista con una candidez (u otra cosa menos noble) insuperable, cada elemento ha tenido su importancia y ha sido el eslabón del siguiente. 

Me acuerdo ahora del intento de Peces Barba de laminar a las víctimas. Claro. Y me acuerdo de lo del "polvo del camino" y las togas del Fiscal General. Y me acuerdo de Garzón y sus cajones. Y me acuerdo de la defenestración de Nicolás Redondo Terreros y la llegada de Pachi, el helador de sangres. Y me acuerdo de De Juana Chaos y de Josu Ternera. Y me acuerdo del caso Faisán, de Gómez Bermúdez y de tantos y tantos figurantes que han participado en este gran espectáculo mediante el cual la mentira de la paz (¿qué guerra ha habido aquí, coño?) se impone a la verdad del crecimiento político, económico y estratégico de una ETA, a su vez, convertida en directora de la agenda de la historia de España. Y si puede, de la de Francia. 

Todo este espectáculo debe condensarse de aquí al 20 de noviembre en la fórmula: "Vota a Rubalcaba, el pacificador". "Cada uno debe identificarse mágicamente con esta vedette absoluta o desaparecer", dijo también Debord. Es por ello por lo que el PP necesita urgentemente lecciones de estrategia, el arte de dirigir los asuntos para lograr el objetivo deseado. Rajoy debería empezar por mejorar su ajedrez.

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