Más que una huelga general, ésta va a ser la huelga más cínica jamás contada de los generales de las dos burocracias sindicales que mandan demasiado hoy en España. Estos generales son los mismos que vieron aumentar salvajemente el paro desde 2008 sin mover ni un dedo (gobernaba un amigo) y los mismos que han recibido millones de euros aún por contabilizar de los gobiernos de todos los colores. Es el precipitado final de los Pactos de la Moncloa, en los que intervinieron para convertirse en lo que son, un grupo de poder parejo al de los empresarios. Desde entonces, han deformado la labor sindical hasta convertirse en quasi partidos institucionales de esta democracia enferma. Al PSOE, pero también al PP, siempre les ha convenido tener a UGT y CCOO uncidas al carro del dinero público porque de ese modo un cierre de grifo podría amedrentar a sus generales. Y por ello, según las épocas, los aman y los odian a la vez, como decía Catulo de sus amantes.
Una vez demostrado que el sentimiento compartido por el sufrimiento de los asalariados españoles, no digamos ya de los parados, es nulo o casi nulo en estas obesas burocracias, queda demostrado, por si alguien no lo veía así, que su papel no es sindical, sino político y que siguen siendo, sobre todo UGT, y CCOO desde la llegada del "turista" Toxo, meras correas de transmisión de los partidos de la izquierda, desde el PSOE a IU. Cualquier sindicato de trabajadores no dudaría en señalar el oportunismo cínico de un PSOE, origen y causa del sufrimiento de millones de parados y asalariados españoles, por sumarse a esta huelga que costará mucho y no servirá de nada.
Cualquier huelga general es política, pero la que van a intentar el día 14, es una huelga contra el gobierno del PP, democráticamente elegido por mayoría absoluta, y que pretende aprovechar los sentimientos encontrados de unos ciudadanos que ven cómo ha mermado su nivel de vida sin que se vean todavía brotes verdes de importancia. Y de paso recuerdan al PP que las elecciones son importantes, pero que la calle lo es tanto o más a la hora de legislar y gobernar.
Pero en el caso del 14-N, la manipulación de los trabajadores españoles llega al paroxismo con estos esquizofrénicos generales que mandan sobre el dinero, los medios y los espacios sin representatividad contrastada. De hecho, son empresarios al tiempo que supuestos sindicalistas. Tienen empresas con miles de contratados en toda España y en Europa. Y he aquí el cinismo. Los mismos trabajadores de UGT Andalucía, una de las Uniones más extensas de España, han denunciado cómo estos "generales" tratan a su tropa de manera infame. Protestan contra la reforma laboral, pero aplican 20 días de indemnización con 12 mensualidades como máximo. Dicen que el PP se carga la negociación colectiva pero en UGT pasan del ámbito regional al provincial, propiciando los acuerdos individuales. Arguyen que el empresario se apodera de las condiciones de trabajo y UGT Andalucía reduce salarios, horarios y ventajas precarizando a sus empleados. Se embolsan centenares de millones de euros del Estado y sus administraciones pero dicen que sólo tienen para pagar a sus empleados los dineros de las cuotas y ni eso. Esto es lo que han denunciado, por escrito, los propios asalariados de UGT en Andalucía. En CCOO, mejores gestores, a pesar de que en España el mileurismo es ya un lujo, no tienen ni un empleado que cobre por debajo de los 1.400 euros. Como decía Carlos Cano en su murga de los currelantes, "Toxo, colócanos".
Encima, nadie sabe cuánto dinero ingresan, incluso de los ERE, cuántos liberados tienen en las administraciones y las empresas privadas, cuántos familiares de estos generales, oficiales y suboficiales han sido colocados en sus gigantescas oficinas (¡qué interesante censo!) y en qué y cuánto gastan. Son estos los que llaman a una huelga general a los ciudadanos que viven hoy peor que hace diez años en gran medida por causa de políticas que ellos aplauden y ante cuyas consecuencias de paro y déficit callaron. Son estos los que ocultan que con la huelga no quieren otra cosa que impedir que se les caiga el chiringuito y seguir obedeciendo a sus amos políticos a cambio de mamelas. Quo usque tandem abutere, Méndez et Toxo et...cétera, patientia nostra et sua?