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Pedro de Tena

Regeneración de la España constitucional o populismo separatista-comunista

La situación podría llegar a ser de emergencia y por ello exige una altura de miras política y una generosidad sin precedentes.

Se habla ahora de sentido del Estado. Tras cuatro años de supermayoría absoluta, el PP de Mariano Rajoy habla ahora de política de altura y diálogo. En realidad, ha perdido 63 escaños y un tercio de los votos obtenidos en 2011, nada menos que 3,5 millones. Ni siquiera con el emergente Ciudadanos puede formar gobierno. Ha tenido mucho tiempo para hacer las reformas que ahora, y ya no serán las mismas, se verá obligado a hacer.


Tras cuatro años de feroz oposición, el PSOE de Pedro Sánchez obtiene el peor resultado desde la transición, pierde 20 escaños, millón y medio de votos más de los que ya perdió Alfredo Pérez Rubalcaba y siente el aliento del comunismo populista-separatista en el cogote.

¿Qué ha pasado? Que se han configurado con claridad dos bloques de ciudadanos españoles. Por un lado están los partidarios de la regeneración y reforma de la España constitucional de 1978, que suman más de 16 millones de españoles y representan más de las dos terceras partes del electorado. Por el otro hay un conjunto de ciudadanos, a cuyo frente marcha Podemos y sus oscuras marcas independentistas, que desprecian la Constitución, la Unión Europea, la unidad nacional y la democracia parlamentaria misma a pesar de su vistoso disfraz de cordero exhibido en estas elecciones. 

Pues bien. Seré claro y conciso. No es la hora del Estado, sino que es la hora de la Nación, Hay que tener sentido de Nación, hay que sentir el latido del peligro de la Nación y ser capaces de dar respuesta al problema de España. La situación podría llegar a ser de emergencia y por ello exige una altura de miras política y una generosidad sin precedentes.

Por ello, propongo que los dos líderes políticos que han conducido a la situación actual, Mariano Rajoy y Pedro Sánchez, dimitan de manera inmediata (deberían haberlo hecho ya por razones varias y naturalmente, desde ayer, por haber obtenido los peores resultados de la historia de sus partidos y haber dejado una nación herida y confusa) y dejar paso a dos nuevos dirigentes que sean capaces de configurar con Ciudadanos una hoja de ruta reformista que consiga regenerar la vida democrática de la Nación y permita la consolidación del crecimiento económico estable que lo posibilite. Nada es descartable, ni siquiera un gobierno presidido por Ciudadanos si los dos grandes mastodontes de la política nacional no disponen de generosidad suficiente para ser.

Sólo un proyecto reformista compartido desde la mayoría nacional puede desbaratar la oscura estrategia populista-comunista-separatista que, cerradas sus vías de acceso al poder, puede iniciar la descomposición de una "unidad" que no es más que la manifestación de un odio a España que ni siquiera sintió el tradicional Partido Comunista.

El PP puede mirar para otro lado sin reconocer lo que ha ocurrido y seguir como si nada hubiera pasado. El PSOE puede juguetear con el izquierdismo populista y el separatismo para llegar a La Moncloa. Si eso ocurre, el crecimiento de la anti-España democrática que reside en Podemos y en los separatismos, podría llegar a ser decisivo.

Se trata de España, de la democracia y de la presencia de una de las grandes naciones de la Historia en la Europa de las libertades y las oportunidades, la mejor experiencia convivencial de la Humanidad en toda la Historia a pesar de sus defectos. Es la hora del sentido de la Nación. Es la hora de España y de sus grandes mujeres y hombres.

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