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Pedro de Tena

Sí hay plan B: elecciones generales anticipadas y una estrategia de reconstrucción nacional

Si decidimos libremente que sigan gobernando estos partidos disolventes de la nación, ese negro futuro será el que nos merecemos.

Acabamos de conmemorar otro año más desde 1808 nuestro 2 de Mayo, fecha capital en la historia de la España contemporánea porque nos convirtió definitivamente en nación mediante un acto de rebelión ante una invasión tiránica y elevó a los españoles de súbditos a ciudadanos de la patria común tras la aprobación de La Pepa. Parecía que todo estaba decidido y que el imperio napoleónico se merendaría fácilmente lo que quedaba de una España decadente y una monarquía felona. Pero no fue así. La heroica rebelión popular se inició de abajo arriba por la independencia nacional y sus libertades y se cambió el guión de un sátrapa sobre la historia de Europa. Nunca está nada definitivamente escrito.

España vive hoy momentos de angustia e incertidumbre. Si terrible es la muerte oficialmente admitida de más de 25.000 españoles a causa de la pandemia del coronavirus, muchos de ellos en soledad; si desconsoladora es la situación de los más de 216.000 contagiados, demasiados de ellos trabajadores de la sanidad expuestos sin miramiento a la infección; si incierta es todavía la situación de muchos españoles que no saben si morirán o no en los próximos meses aunque la virulencia inicial de la enfermedad haya remitido y nadie sepa si los repuntes pueden ser traumáticos, lo que ya se distingue con claridad es que España se adentra en una profunda sima social.

¿Pueden los mismos que han mentido a la ciudadanía desde la campaña electoral de 2019, singularmente el PSOE de Pedro Sánchez, prometiendo que nunca jamás gobernarían con la anti-España con la que finalmente han gobernado estos últimos meses, seguir al frente del Gobierno? ¿Pueden los mismos que han consumado una de las peores gestiones de esta pandemia en todo el mundo gestionar ahora una estrategia de recuperación de la salud económica y social de la nación española? ¿Podemos confiar en que sus expertos, especializados en decir una cosa, la contraria, la inversa y la reversa, para servir los intereses políticos de la casta social-comunista-separatista, puedan dirigir los destinos de una sociedad que ve hundirse su PIB y agigantarse sus cifras de cierres de empresas y paro?

Estoy cansado de ver cómo las redes sociales, que desahogan los impulsos primarios, se saturan con mensajes, memes, vídeos, gráficos, gurús y profetas de todo tipo denunciando la falta de veracidad, de experiencia, de técnica administrativa y de vergüenza de este Gobierno. ¿Y para que sirve todo eso si además no se impulsa un clamor nacional para terminar con este estado de cosas? Mientras dure el estado de alarma, no se puede legalmente convocar elecciones generales. Por eso, una y otra vez, se amplía la duración del estado de alarma. Ahora, hasta el 24 de mayo. En tanto dure la excepcionalidad, nada podremos hacer salvo promover ese clamor popular por unas elecciones generales. Este Gobierno social-comunista está en el aire, flotando como un corcho, ante los vaivenes de los antiespañoles y de unos socios que poco a poco van usurpando las libertades constitucionales sin que ofrezcan la más mínima garantía de buen saber y hacer con un virus, el de la ruina económica y moral, que puede acabar con la nación. Muchos no queremos que esta banda dirija un país en estas condiciones porque ya han demostrado su incapacidad.

No sé cómo se hace técnicamente lo que propongo. Desde luego, PP, Ciudadanos, Vox y otras muchas asociaciones, fundaciones y empresas deben, debemos, empezar a alzar la voz ante la amenaza de que un Pedro Sánchez despótico y cada más desinhibido en su ordeno y mando pueda mantenerse en el poder durante los años que le quedan de mandato. No podemos consentir que quien ha, no gestionado, sino congestionado, una pandemia sin sentido de Estado y de forma infamemente autoritaria y sectaria vaya a hacer otra cosa con la nueva pandemia económica y social que se nos viene encima. Hay que reaccionar. Necesitamos exigir elecciones cuanto antes para que los españoles podamos decidir el rumbo de esta sociedad herida y requerimos una estrategia de reconstrucción nacional en el más amplio sentido: un 2 de Mayo democrático. Eso es lo que precisamos con urgencia. Si decidimos libremente que sigan gobernando estos partidos disolventes de la nación, ese negro futuro será el que nos merecemos.

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