Menú
Pedro Salinas

Los candidatos

Según la última encuesta de Datum, sobre las elecciones presidenciales del Perú el 8 de abril, Alejandro Toledo tiene un respaldo de 40%, Lourdes Flores de 26% y Alan García de 19%. Pero ni Lourdes ni Toledo merecen ganar. García sí. En términos políticos, García se ha manejado mejor que nadie.

Lourdes ha sido incapaz de colocar una sola idea en el electorado. Ha vendido demasiadas y ninguna ha sido retenida por la ciudadanía. A diferencia de Toledo, quien ha identificado su candidatura con "trabajo". También le han clavado el mote de fujimorista, y por no perder una ínfima porción del electorado, ha terminado asumiendo un pasivo que no le corresponde.

Quienes le manejan la campaña a Lourdes le han recomendado que sus candidatos al Parlamento no pueden aparecer en spots publicitarios en la televisión. ¿Por qué? Porque ello puede opacar la figura de Lourdes. En una primera etapa, podía hasta sonar sensato, pero no así en el tramo final.

Por su parte, Toledo, fugitivo de los debates y otras cosas, ha demostrado que no es la persona más apta pare enfrentar una crisis. La vida privada del candidato deja de serlo en una campaña, pero ello no ha sido digerido por Alejandro. Y la actitud de su entorno es muy similar a la de los fujimoristas. A la primera crítica, los sabuesos toledistas advierten "guerras sucias" y "contracampañas" inexistentes. Con esa excesiva susceptibilidad no me los quiero imaginar en el Ejecutivo.

Adicionalmente, Toledo no ha querido reconocer que si triunfa, su gobierno va a ser uno de centro derecha. No lo ha querido hacer, supongo, para no espantar a los centroizquierdistas que están votando por él, ni tampoco a su mujer, quien últimamente viene alentando irresponsables sentimientos de resentimiento y de rencor en el electorado. Pero la transparencia y la honestidad no han sido virtudes que haya sabido exhibir el aspirante de la chacana.

El único que cosecha a manos llenas es Alan García. A río revuelto, ganancia de pescadores, dice el refrán, que el ex presidente parece conocer bastante bien.

García no se pelea con sus adversarios. Esa tarea se la deja a sus candidatos al Congreso. El ríe, aparece moderado, canta, habla con su locuacidad y persuasión características. Y, lo más importante, crece lenta pero sostenidamente. Las encuestas así lo indican. No me sorprendería, incluso, que pase a la segunda vuelta.

Paradójicamente, su discurso no ha mutado. La misma prédica que sepultó al Perú en el tiempo récord de cinco años sigue vigente, y un alto índice de peruanos desmemoriados está dispuesto a votar por Alan. Increíble. No hemos cambiado nada.

Alan García acusa a sus dos principales oponentes de representar a la misma chola neoliberal. Y los dos candidatos, que ocupan por el momento los primeros puestos, se acomplejan, se tiran para atrás y empiezan a hablar de "rostro humano", "sensibilidad social" y cosas por el estilo. Como si tuvieran vergüenza de defender una economía de mercado.

Alan García no es el diablo, pero sí representa el pasado que no debe volver, el desastre que nos abatió moralmente y la incertidumbre económica. Lamentablemente, eso no lo han sabido explicar cabalmente ni Lourdes Flores ni Alejandro Toledo. Todavía están a tiempo, creo. Como dijo un albino, seamos claros.

© AIPE

Pedro Salinas es Corresponsal en Lima de la agencia de prensa AIPE.

En Internacional

    0
    comentarios