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Pío Moa

Alfonso Ussía y la República

El Frente Popular se componía de totalitarios, golpistas y separatistas racistas. Aun sin Stalin, tenía mucho menos de demócrata que el bando nacional.

Dice Alfonso Ussía que le "importa un rábano la Segunda República (...) porque falleció hace setenta y cinco años y no soy partidario de las esquelas ni de los aniversarios". En España hay la costumbre ridícula de reducir el argumento a eso de "pues a mí me gusta (o no me gusta"), como si fuera un criterio de autoridad en cualquier sentido. Casi cada vez que voy a VEO7 tengo que señalárselo a algunos que, ante un problema político general –por ejemplo los ataques a la Iglesia y la política del Gobierno al respecto– arguyen que ellos "son ateos, pero les encantan las iglesias románicas", como si ello tuviera la más mínima relevancia. Le importe o no a Ussía, la República tiene plena actualidad, y una falsa concepción de la misma está en la base de las políticas de la izquierda y, por omisión, de la derecha. ¿O cree que el Gobierno dedica tanto esfuerzo y dinero a sus falsificaciones históricas por simple capricho?

Pero, claro está, a continuación se contradice y demuestra que le importa, criticando a Raúl del Pozo, personaje simpático pero experto como pocos en soltar botaratadas: "Decir que se combatía por la libertad y la democracia con la URSS en la cima del mando, se me antoja una frivolidad". Aquí el frívolo es más bien Ussía. No solo la URSS estaba en la cima del mando: el Frente Popular se componía de totalitarios, golpistas y separatistas racistas. Aun sin Stalin, tenía mucho menos de demócrata que el bando nacional. Añade Ussía: "Los nazis ayudaron a Franco. Tampoco se sabía en aquel tiempo el nivel de horror que el nazismo alcanzaría durante la Segunda Guerra Mundial". Observación muy a medias: en cambio se conocían bastante las matanzas y crímenes de Stalin. Además, Hitler no tuvo sobre los nacionales ni la décima parte de la influencia que Stalin sobre los rojos (así solían llamarse ellos mismos, porque el Frente Popular no fue republicano, al menos de la República del 14 de abril: fue, exactamente su destructor).

En nueva contradicción, Ussía habla de la guerra como una "barbaridad compartida" por los dos bandos. ¿Fue una barbaridad sublevarse contra un proceso revolucionario que, como él mismo explica, llevaba a la destrucción de España y de su cultura cristiana, base de la cultura occidental, para sustituirla por un brutal totalitarismo? O explica, con liberalismo inconvincente:"Admito y respeto todas las opiniones al respecto". ¿Incluso las más evidente y chocantemente falsarias? Quizá lo hace por afán reconciliador. Pero la reconciliación se alcanzó en España ya mucho antes de la transición, como he explicado en mi libro al respecto; por eso la transición fue un éxito, en conjunto. Y es la mezcla de falsificación e ignorancia subvencionada por el gobierno y apoyada por la derecha con su futurismo simplón, la que está echando abajo los logros de entonces. Pues la falsedad sistemática, llegada hoy al nivel de lo grotesco, no abona ninguna reconciliación. La impide, como comprobamos cada día.

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