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Pío Moa

Club de amigos de la censura

Últimamente van del brazo a todas partes el PSOE e IU, es decir, un partido que se ha democratizado a medias –amenazó gravemente las libertades cuando estuvo en el poder–, y otro que no se ha democratizado en absoluto, aferrado a las supersticiones marxistas y a sus simpatías por regímenes como el de Fidel Castro. A su vez, ambos van del brazo del PNV y del BNG, otros dos campeones de las libertades, muy interesados, además, en mantener la armonía y la unidad entre los españoles.

Uno de los aspectos de esa amistad entre todos ellos, que no es nueva en la historia, me afecta directamente, aunque sus implicaciones van mucho más allá de mi modesta persona. Tras mi entrevista con Carlos Dávila en TVE2, el miércoles pasado, IU y PSOE montaron una protesta, tachando el programa de “escandaloso, preconstitucional y franquista”, simplemente porque en él se expresaron ideas contrarias a las de esos demócratas. Sus dicterios ocultaban muy mal su deseo de establecer una censura, y su chantaje contra los autores del “desaguisado”. Los mismos argumentos, por llamarles de algún modo, utilizaba el pobre Tusell en El País, y en la SER se pasaron tres o cuatro días insultándome y pidiendo la cabeza de Dávila.

Leo ahora que estos adalides de la libertad van a presentar una proposición no de ley para destituir a Urdaci de la televisión. Según ellos, “la imagen de RTVE ante la ciudadanía se encuentra en el peor momento de su historia democrática”. Aunque es cierto que la televisión pública revuelve el estómago, como las privadas, y salvo contados programas, yo creo que se encontraba algo peor cuando trataba de encubrir la oleada de corrupción aportada por el PSOE en sus tiempos de gloria. No les falta razón a los sociatas al criticar algunos aspectos de la manipulación televisiva del PP. Pero cuando descendemos a detalles, vemos claramente cuál es el objetivo real de esa denuncia: amordazar cualquier opinión disidente no izquierdista. Así (vuelvo a lo mío), en el punto octavo de su protesta señalan la “selección de entrevistas arbitraria, partidista y en ocasiones poco justificable como la emitida por el ex grapo Pío Moa”. Verdaderamente, ¡qué gentuza!

Si bien en lo político el PP manipula la televisión a su favor –con mucha torpeza, también–, en el aspecto cultural la manipula mucho más, pero completamente a favor del PSOE e IU. Los programas culturales y de contenido ideológico de la televisión parecen estar casi por completo en manos de la izquierda o de simpatizantes de ella, entre otras cosas porque la derecha cree que ese campo no tiene mayor importancia. Tanto en la televisión pública como en otras, el mensaje cultural –por así llamarlo, una vez más– de la izquierda predomina de modo abrumador. Mi entrevista fue simplemente una excepción, una brecha que quieren cerrar a toda costa haciendo rodar cabezas y escarmentando a quien haya que escarmentar… en nombre de la libertad y el pluralismo. Porque la habilidad de estos señores, ahora como en la república que ellos mismos destruyeron, consiste en buscar la censura bajo el lema de la libertad, y la dictadura bajo la bandera de la democracia.

Me pregunto si habrá una reacción contra esta seria amenaza, o si seguiremos deslizándonos hacia la ciénaga.

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