Ha estado muy en su punto Ariel Sharon al recordar, con motivo de la liberación de Auschwitz, la nula o casi nula ayuda prestada por los Aliados a los judíos durante el Holocausto (El Vaticano sí salvó a innumerables judíos; y también salvó a muchos miles, en aparente paradoja, el régimen franquista, directamente o permitiéndoles el paso de la frontera, cosa que no hicieron los suizos). Y ha venido muy al caso ante las frases pomposas e hipócritas de políticos tan indecentes como Chirac: “En estos momentos tan especiales, quiero repetir solemnemente que el antisemitismo no tiene lugar en Francia. El antisemitismo no es una opinión. Es una perversión. Una perversión que mata. Es un odio que hunde sus raíces en las profundidades del mal, y no puede tolerarse en absoluto su resurgimiento”.
¡Que no puede tolerarse! La realidad es que son Chirac, Rodríguez Zapatero y políticos como ellos los que están fomentando el antisemitismo más perverso mientras sueltan su verborrea demagógica. La realidad es que todos esos políticos llevan años saboteando los esfuerzos de Israel por sobrevivir, y alentando, justificando o disimulando el terrorismo contra los judíos. En los hechos, los medios de masas más ligados a esos personajes ofrecen una manipulación constante de lo que ocurre en Israel, según la cual este estado, el único democrático de la zona, es culpable de todas las agresiones que sufre, sus líderes son criminales de guerra, y las únicas víctimas dignas de consideración y aprecio son las causadas por el ejército israelí en sus operaciones de defensa o castigo por los ataques musulmanes. Resulta muy cómodo hablar de los nazis y de hechos ocurridos hace sesenta años cuando en la actualidad esos políticos y sus medios de comunicación actúan de forma muy parecida a la de los nazis entonces. ¿Qué vienen haciendo Rodríguez y su gobierno en pleno, especialmente el ministro Desatinos? Si por ellos fuera, y por gente como Chirac, Israel habría sufrido un segundo holocausto, sin lugar a dudas. Afortunadamente la suerte de este pequeño país depende mucho más de Usa. Como en rigor la suerte de Europa ha dependido y sigue dependiendo mucho más de Usa que de Europa misma, una Europa aficionada a poner zancadillas a quienes la libraron del nazismo, del comunismo y, hace apenas cuatro días, del tumor de las guerras yugoslavas.
Como la historia contradice a cada paso los tópicos ideológicos, podemos encontrar un paralelo en nuestro propio país. La Iglesia ha sido aquí atacada con un odio y un afán destructor muy parecido en calidad (la pérdida de la guerra por el Frente Popular impidió que también en cantidad) a como los hebreos fueron atacados por los nazis. Al igual que los judíos, miles de clérigos y fieles católicos fueron asesinados, a veces de forma horrorosa, por el mero hecho de serlo. Otra observación necesaria: también los soviéticos, que aparecen ahora como “liberadores de Auschwitz” sin más matizaciones, persiguieron sangrientamente a los hebreos, aparte de instaurar en toda Europa del este regímenes carcelarios. Liberadores muy sui generis.