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Homosexualidad y homosexualismo

No niego a nadie tal condición de individuo por esto o por lo otro. Siento aversión por los manejos de las mafias rosas, por su victimismo enfermizo y exagerado, como si sus problemas fueran los más dignos de ser tomados en consideración.

Vendeano dijo el día 12 de Julio de 2010 a las 18:28:

Lo siento, losiento, pero es un poco fuerte decir "losiento" y luego atizar con términos-pancarta y eslóganes como tú haces: "ultra-reaccionarios", "fascistoide", "integrista"...

Creo que el "odio y falta de humanidad" es el de las personas incapaces de seguir un argumento bien trabado. A eso se responde, losiento, con argumentos, no con "topicazos y gansadas" (uso tus términos) de corrección política, ideas-pantalla y no ideas-luz, como tú haces.

Doy por hecho que sí que distingues tener una condición que usarla como escusa victimista, la homosexualidad del homosexualismo. Parece que el problema es que no te gusta que don Pío considere personalmente la homosexualidad como desgracia.

También estoy en desacuerdo con don Pío en ese punto (sobre todo porque, dada mi experiencia reciente, no considero una "gracia" el que me gusten las mujeres), creo que tiene todo el derecho de pensar así. A él le parece una desgracia, y ya está. Eso no tiene efecto ninguno en sus relaciones con las personas, homosexuales o no, es una opinión propia y no faltaba más que no pudiese tenerla. No es un pre-juicio, pues el no juzga moralmente; el algo análogo a aquel que compadece al ciego porque no ve, NO IMPLICA JUICIO MORAL. Es como si tu prejuzgases a don Pío por ser calvo: puedes pensar que eso es una "desgracia", pero eso NO MANCHA a la persona. Creo que don Pío ha dejado bien claro eso.

Aparte de llamar directamente "feo" a Moa (¿con criterio hetero u homo? ¿has preguntado a las mujeres, que valoran más la personalidad que el físico?), también has dejada clara tu opinión acerca de lo que piensas al ver a alguien "semicalvo". ¿Tendría que ofenderme por tener yo mismo algo de entradas y coronilla?

Vamos a parar. Salis con un odio, babeais como perro de Pavlov ante el estímulo de una manera tan automática que empiezo a creer que todo esto es un montaje, como han dicho varias personas aquí.

Por si no ha quedado suficientemente claro, considero que don Pio Moa es una de las mentes más lúcidas y uno de los verbos más luminosos del panorama español, y uno de los mayores valores de LD.

Katakrok dijo el día 12 de Julio de 2010 a las 17:54:

Hay otra razón más importante por la que creo que la homosexualidad es una desgracia: si a Fulanito le gusta Meganita (tanto como para casarse o sólo para un revolcón), o a Zutanita le gusta Perenganito, ambos tienen ciertas posiblidades que él o ella les corresponda, porque lo más probable es que él o ella sean heterosexuales. Por esto mismo, porque la inmensa mayoría de la gente es hetersexual, es por lo que la homosexualidad es una desgracia: porque el "mercado sexual" (perdón por la expresión) del homosexual es mucho más restringido que el del heterosexual. Si ya es difícil la vida amoroso-erótico-conyugal del hetero, mucho más debe de serlo la del homosexual.

Y eso en Occidente. En el resto del mundo no hay que explicar por qué la homosexualidad es una desgrcia.

Correcam dijo el día 12 de Julio de 2010 a las 14:38:

¿Orgullo Gay? ¿De qué están orgullosos? Si lo están de ser homosexuales
¿por qué tienen que organizar ese espectáculo que a mí, personalmente, me parece escabroso y de mal gusto? Unos tíos en tanga, señalando "paquete", haciendo de "locas"... ¿de eso hay que estar orgullosos?.

jav1356 dijo el día 12 de Julio de 2010 a las 13:50:

Estupendo, Moa. Cien por cien de acuerdo. Y me alegra ver la finura de matices analíticos. Es increible que le hayan acusado en este punto de agresión a los homosexuales, cuando se trata en su análisis de una cuidada "defensa" del sentido común. Lo siento por Marco, que es otro fuera de serie; pero esta vez no ha estado a la altura de sí mismo. De todas formas, ¡como se agradece la discusión, intelectualmente seria, que sólo surge cuando nos desembarazamos de la tiranía del tópico y de lo "ulturalmente correcto"!

losiento dijo el día 12 de Julio de 2010 a las 13:36:

No me extenderé replicando de nuevo a la "réplica" de Moa sobre el artículo de Marco (el cual dí comenté), pero al menos quiero dejar constancia de un comentario humanista y liberal de verdad, ne medio de toda esta sarta de comentarios ultra-reaccionarios y de tinte fascistoide que se congratulan de leer una vez más las barbaridades e incoherencias de este Sr. Moa sobre la homosexualidad.

Insiste de nuevo en confundir (y escudarse en) el lobby rosa y la homosexualidad para cargar contra el hecho en sí. Porque el Sr. Moa sabe perfectamente que el "lobby" no representa a nadie y si quisiera atacarlo o criticarlo salvaguardando la dignidad y el respeto humanista y liberal a los homosexuales podría haberlo hecho perfectamente, pero de en su torpe exposición deja claro que sólo utiliza como burdo pretexto al "lobby" para denigrar a unos seres humanos, a unas personas a las que considera desgraciadas por una condición natural en ellas que no pueden elegir y que no por ello las hace menos personas o menos dignas. Los curas y monjas, los heterosexuales estériles, ciertas personas con enfermedades muy concretas, etc. tampoco "perpetúan" la especie, ¿y? Por no hablar de cuando afirma que las relaciones no buscan más que la satisfacción física sin sentimientos verdaderos (o algo similar...). En fin, un sinfín de topicazos y gansadas varias que sólo dejan en evidencia a quien los escribe y retrata a un perfecto reaccionario al que por supuesto reconozco todo el derecho del mundo a expresarse, pero que no nos venga con la tontería de que se considera liberal porque tiene el Sr. Moa de liberal lo que yo de finlandés (o sea, nada). En el fondo, si el Sr. Moa hubiera nacido en un país islámico podría muy bien representar el papel de líder integrista.

Por encima de todo siento tristeza cuando veo que personas adultas y leídas todavía son incapaces de entender algo tan simple como el respeto a la dignidad humana, y recurran a los más cutres pretextos "argumentativos" para justificar su falta de respeto. Si el Sr. Moa ha sido capaz de escribir dos veces lo mismo con el mismo odio y la misma falta de humanidad es que no se puede esperar nada más de él a este respecto.

Espero que no me censuren si me atrevo a decir que a mucha gente, Sr. Moa, Vd. le puede parecer feo, incluso muy feo. Imagine que alguien dice que no soporta a la gente semicalva y fea como Vd. (simepre en opinión de ese "alguien") y que le considera a Vd. víctima de una desgracia, que el estado "ideal" es ser joven y bello, y lucir una hermosa, rubia y ondulada cabellera, además de una tipo físico excelso propio de una escultura griega clásica, y de paso imagine que le concede a Vd. con indulgencia despreciativa el derecho a existir aunque sea Vd. en el fondo un desgraciado, ¿qué pensaría de eso? Pues sepa que muchos "homosexuales", esos tan desgraciados según Vd., tanto hombres como mujeres, son diariamente el vivo deseo de muchos/as de su sexo opuesto que para nada pensarían en alguien como "Vd. para el amor ni la reproduccion y sí en cambio en esos "desgraciados" a los que Vd. desprecia.

En fin, una vergüenza que Libertad Digital, que supuestamente es "liberal", tenga a este tipo de articulista. ¿Para cuándo un artículo sobre la "desgracia" de ser negro, Sr. Moa?

doiraje dijo el día 12 de Julio de 2010 a las 13:20:

Y a mí que me da que esta polémica suscitada por la inopinada reacción del normalmente sereno José Mª Marco no tiene nada que ver con la homosexualidad ni cosa parecida...

Sr. Moa no entre en este charco. Lo único que va a lograr es que le salpiquen de barro. Y luego tenga que marcharse a otro lugar para lavarse.

ongietor dijo el día 12 de Julio de 2010 a las 13:16:

La verdad no necesita mayúsculas, y etimología es búsqueda de verdad, lo mismo que homofobia es odiar la igualdad, con un palabrejo mal hecho en estos tiempos que no han bebido el agua clara de los poemas homéricos, sino la podre de "alejandros" "aquiles" y "leónidas" de pacotilla y mujeres lesbias à la mode de Paris.
Una de las peores penas que aplica esta sociedad impía a los jóvenes es la de intentar hacerles creer que el amor griego era, y era esa corrupción, y que, incluso aceptando en cierta forma una relación amorosa ideal entre varones o entre mujeres -aunque entre filólogos ha corrido mucha tinta digna de mejor empleo-, los padres no velaban por el pudor de sus hijos y porque no les colasen gato por liebre.

Rowen dijo el día 12 de Julio de 2010 a las 13:10:

No se puede decir más claro y aún se queda corto. A esa denominación made in Urss llamada la 'Roja', porque la Roja siempre fue Chile, epítetos floridos y audaces. A Moa ataques viscerales. La desbandada es total y absoluta. Intereconomía hace apenas un par de días ni estaba ni se la esperaba y ahora es el medio de referencia intelectual en la derecha. Quien quiera que sume dos y dos.

punt dijo el día 12 de Julio de 2010 a las 12:31:

Completamente de acuerdo con vd., sr Moa, aunque temo que en este resbaladizo tema no sea nada fácil sentar un marco inequívoco sobre el que argumentar. No en vano, las ideologías de género llevan 40 años "embarrando el terreno" para que no sea posible encontrar un criterio con el que analizar la cuestión.

Por ejemplo, en el debate sobre la diferencia entre homosexualidad y homosexualismo, que toca en su artículo, creo que habría que agregar un tercer elemento a considerar: la práctica homosexual (que a menudo puede denominarse "practicar el homosexualismo").

En principio, parece claro que la homosexualidad es la tendencia homosexual (atracción sexual hacia personas del mismo sexo) mientras que el homosexualismo es una ideología de género que gira en torno a la homosexualidad, sea como razón o como mero pretexto. El problema es que si nos limitamos a esto, carecemos del elemento que permite integrar en la ecúación la posición moral de la Iglesia respecto a este tema, que acoge al homosexual sin importar su tendencia, pero rechaza la práctica homosexual. Desde que las ideologías homosexualistas admiten y promueven la práctica homosexual, también son lógicamente condenadas moralmente por la Iglesia. En el campo embarrado que nos presentan en el que homosexualidad, práctica homosexual y homosexualismo son una misma cosa, se ataca a la Iglesia como si odiasen a los homosexuales cuando se limitan a la condena moral de las prácticas sexuales desviadas, nunca de las personas por razón de su tendencia.

Otra de las formas de embarrar el campo es la manipulación del término "natural", apoyado en la incoherencia en sus propias declaraciones y manifestaciones (y, con él, del término "normal").

Por definición, "natural" posee varias acepciones: una viene a ser "aquello que no es artificial, que no se ha inducido por una causa externa" y otra es "inherente a la naturaleza de una cosa, común en su especie". Intercambiando ambas acepciones consiguen que parezca una contradicción el decir que la homosexualidad (tendencia) no es "natural" entendido como propio de la natural heterosexualidad de la especie humana, mientras que al mismo tiempo en un homosexual en concreto su tendencia individual puede sí ser "natural" entendido como inherente a su persona, sin haber sido inducida por agentes externos. Esta confusión interesada entre ambas acepciones la tengo vista en unos cuantos debates sobre el tema, tanto televisivos como de clásica tertulia de sobremesa.

En cuanto a sus incoherencias, lo cierto es que los lobbys homosexualistas (siempre radicales), afirman indistintamente que la homosexualidad (siempre generalizando, nunca admitiendo una variedad de casuísticas entre los homosexuales) es "una tendencia innata a la persona, algo que le viene dado y contra lo que no puede luchar" y, a un tiempo, que es "una opción sexual que cada persona puede tomar libremente y que hay que respetar".

Desde luego, no pueden pretender meter a todos los homosexuales en los dos sacos a la vez, porque lo impuesto y lo libre son incompatibles entre sí. Al final, la realidad muestra que como en todas partes hay de todo: hay homosexuales cuya tendencia es innata (entre ellos, los hay que aceptan esa tendencia y los hay que la rechazan) y también hay quienes eligen la práctica homosexual voluntariamente, no teniendo originalmente ninguna tendencia en este sentido (lo suelen hacer bien por adscripción ideológica, bien por simple afán de morbo, aunque tampoco son pocos quienes lo hacen por desorientación o curiosidad).

Los heterosexuales que practican el homosexualismo por su propia voluntad y no por tendencia innata son, claramente, pervertidos y/o desviados. Si una persona tiene una tendencia innata a una sexualidad sana y connatural a la especie, y la fuerza contra natura, la desvía para llevarla por unos derroteros ajenos a lo que le es propio, lo que hace es pervertir lo sano para, voluntariamente, convertirlo en enfermizo. Es aquí donde encontramos los movimientos ideológicos homosexualistas como gays, queer, lesbianismos, etc..., es aquí donde está el "orgullo gay" y también es aquí donde se deponen los exabruptos que se recogían en el anuncio censurado de Intereconomía (y otros muchos que no salían en el anuncio pero que deponen tantos de esos manifestantes tan "orgullosos de sus propios vicios", en esa tan frecuente tónica de reclamar tolerancia desde la intolerancia y la vejación).

Quienes practican el homosexualismo movidos por consentir en un impulso inherente a su persona podrán ser moralmente reprobados por la moral cristiana (y otras no cristianas), como también se reprueban otras muchas conductas sexuales desviadas de la rectitud moral, como es el sexo extramatrimonial (seguro que nadie oirá llamar "heterófoba" a la Iglesia por esta causa, tanta es la hipocresía). Pero al menos no se podrá hablar de perversión ni de desviacion sino en todo caso de trastorno conductual. Este tipo de trastornos tiene su politicamente incorrecta y bestialmente censurada denominación de "trastorno egodistónico de la personalidad", que significa que la personalidad está en distonía (no en sintonía) con la persona: una persona de un sexo tiene rasgos conductuales de una persona del sexo contrario. Esto, que existe y es así, es censurado por los lobbys homosexualistas de forma que se elimine sin ningún criterio científico toda mención a la homosexualidad de los catálogos de enfermedades, trastornos y guía para el diagnóstico (ahora creo que ya estaban protestando por la mención al transexualismo, que por lo visto también debe ser "natural").

Aquí aparece otro elemento de confusión, ya que siendo la homosexualidad siempre un trastorno egodistónico, según sea aceptada o rechazada se denomina "homosexualidad egosintónica" y "homosexualidad egodistonica". Al utilizarse la misma terminología para denominar dos niveles diferentes de análisis (primero la homosexualidad o heterosexualidad que son la "personalidad egodistónica y egosintónica" respectivamente, y después el rechazo o la aceptación de una homosexualidad ya presente, que son la "homosexualidad egodistónica y egosintónica" respectivamente), se introduce una nueva confusión.

Sea como sea, en principio si el trastorno no es grave y es aceptado, no debería haber demasiados problemas (hay mucho homosexual que ha aceptado su homosexualidad, vive conforme a ella sin necesidad de militar en ninguna ideología radical).

El problema viene cuando ese trastorno es rechazado (la homosexualidad egodistónica). En esta situación tenemos dos elementos en conflicto (el sexo y la tendencia sexual). En este punto, cada persona puede intentar resolver el conflicto atacando cada una de las partes contrapuestas: o bien respeta su cuerpo y ataca su homosexualidad o bien respeta su homosexualidad y ataca su cuerpo.

Para los primeros existen terapias que permiten la desaparición o al menos la reducción hasta niveles soportables de la tendencia sexual (por así decirlo, se suaviza el trastorno hasta incluso desaparecer por completo). Todo hay que decirlo, estas instituciones profesionales encaminadas a atender una demanda existente son fuertemente atacadas por los lobbys homosexualistas ya que es "políticamente incorrecto" llamar "trastorno" a lo que es un trastorno. Creo que era la pervertida consejera de Sanidad catalana Marina Geli (la que ha publicado manuales de perversión para niños) quien declaraba al respecto de una clínica que ofrecía este tipo de tratamientos que (y cito de memoria) "es increíble que a estas alturas haya clínicas así", garantizando que se iba a actuar contra la clínica en cuestión por "homófoba".

Para los segundos (los que tratan de resolver el conflicto atacando su cuerpo para mantener su trastorno) se practican tratamientos hormonales fuertes y/o las operaciones de cambio de sexo, de forma que mediante la cirugía radical y los tratamientos hormonales se trata de modificar la fisionomía de la persona para, huyendo de su propia naturaleza, adaptarla a la trastocada imagen que la persona supuestamente tiene de sí mismo (lo de supuestamente lo digo por los casos en los que el cambio es mas traumático que el rechazo original, provocándose a menudo la "marcha atrás" en el tratamiento... cuando ésta es posible; se ha llegado al absurdo de admitir en Gran Bretaña a una persona como de "género neutro" en el registro civil). Esta es una de las muestras más flagrantes de incoherencia de los homosexualismos: ¿Cómo puede considerarse que sea "normal" y "natural" un trastorno para cuya resolución se requiere cirugía radical y terapia hormonal fuerte?

En cualquier caso, lo cierto es que las ideologías de género suelen apoyarse siempre en conceptos confusos, en estudios parciales y sesgados, en medias verdades o mentiras completas, en flagrantes incoherencias y, naturalmente, en la imposición de su ideología mediante el aplastamiento de los principios sociales sanos, a menudo por la vía del debate sentimentalista y emotivo para la exclusión del argumentado y racional. Esas bases son caracteristicas del fraude, no de la honradez.

De hecho, se podría hacer un símil futbolístico a partir de la victoria española de ayer en el Mundial de Fútbol de Sudáfrica: las ideologías de genero (y otras de corte marxista, como los nacionalsocialismos periféricos) "juegan" como Holanda: se basan en agredir con saña para, a continuación, llorar como si ellos hubieran sido las víctimas. Basan su juego en la violación continua de las reglas y encima se les permite por parte de los árbitros, que no hacen más que emitir dictámenes parciales.

Para terminar, recomiendo la lectura de los interesantes libros de Jesús Trillo-Figueroa (yo llevo leído "Una revolución silenciosa" y estoy leyendo "La ideología de género"), donde se reunen y relacionan todos esos datos dispersos relativos a las ideologías de género, datos que por sí mismos no suelen pasar de "salidas de pata de banco" (léase el uso de femeninos absurdos como "jóvenas" o "miembras", la adscripción al "proyecto gran simio", el cambio de sexo registral, el pseudomatrimonio homosexualista, la imposición de la perversión de menores en el aula, la discriminación de los hombres en las leyes por razón de su sexo, los millones destinados al mapa del clítoris y otras lindezas, etc...) pero que en conjunto conforman una peligrosisima "hoja de ruta" por cuanto su objetivo, ya alcanzado en España en gran medida, es la subversion de los valores sanos que caracterizaban a nuestra sociedad (reconvertidos en sus contrarios), la ruptura de la cohesión social, la demonización de la familia verdadera (nada de "tradicional": lo otro no son calificables de "familia") y el suicidio demográfico de mano del aborto masivo.

Un saludo.

danago dijo el día 12 de Julio de 2010 a las 12:11:

Hace muchos años que la OMS diagnosticó esa conducta aquí debatida como enfermedad, como algo anormal curable con farmacopea y ayuda psicológica. La humanidad la ha soportado con indulgencia, sonrisa más o menos burlesca, y discreto silencio ante conductas equivocadas o incluso aberrantes. En este mundo no todo es igual. Hay cosas que están mal. ¿O no? Lo habitual en los que sufrían por ser así era la soltería llevada con más o menos elegancia. Y el mundo iba. Cada uno, héteros y "homos" se arreglaba sus problemas en silencio, tal como exige la buena educación. Ahora no, ahora es el imperio de la desvergüenza. Y hoy, promiscuos, lujuriosos, y depravados de las dos aceras hacen gala de sus excesos y errores y sueltan despectivos su "Pues sí, ¡Qué pasa!". Podría ser que yo mismo hubiese salido así, o lo hubiese tenido cerca en familia. Lo solución es el respeto, la comprensión y la disculpa cuando se pueda. Pero todo no. Están escritos libros bellísimos sobre la amistad que a todos nos hacen bien. Y grandes equivocados en este tema, como Oscar Wilde, murieron arrepentidos de sus errores, aunque se puedan salvar las páginas que escribió sobre el amor humano, pero según cómo. El poeta griego Alceo exaltaba a su contemporánea y admirada poetisa Safo porque en su escuela femenina de Lesbos educaba a sus discípulas en las delicadezas, finuras y gozos de la feminidad, proponiéndoles todas las practicas de la cultura, dibujo, música, danza, el arte de llevar el peplo, etc, incluso mostrándose generosas en el afecto y cariño a que son tan proclives las mujeres, pero no empujándolas a prácticas erróneas. En un verso, a pesar de que era madre de una critaura, la llama "la casta Safo". Así que no nos vengan con historias falsas. El mismo Platón admiraba la belleza y perfección de sus jóvenes alumnos, que le elevaba al superior mundo de las ideas, al de Dios, pero no en contemplación morbosa o sucia, sino en el gozo de lo sano y honesto. Una noche, el más hermoso mocetón, Alcibíades, pasó horas intentando torcer al maestro y no pudo. Bueno, pues eso, que menos orgullo y más discreción. La naturaleza es sabia en su inconsciencia, y aunque empuje con tendencias confusas y erróneas no ha dado conducto adecudao, ni fluídos que faciliten uniones contra natura.