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Pío Moa

La demagogia socava la democracia

En su etapa anterior, los socialistas combinaron la claudicación (las negociaciones, el “diálogo”) y el terrorismo de estado ¿Denunció Peces estos hechos?

El jacobino, y como tal sectario Peces Barba, fue comisionado por el PSOE para dividir a las víctimas del terrorismo y hacerles tragar los ilegales planes del Gobierno de favorecer a la ETA. Y va cumpliendo bastante bien su trabajo, ante la lógica indignación de las víctimas, a quienes acaba de lanzar un sucio y calumnioso ataque. Ha dicho que “existe una minoría que puede creerse que es necesario quitarme de en medio incluso por caminos inadecuados”, responsabilizándolos de lo que pueda sucederle a él, a su familia o al local donde trabaja. Peces Barba se ha retratado, y ha demostrado cuán justa ha sido la crítica de Cosidó, de estar más cerca de los terroristas que de las víctimas. Cerca de éstas, desde luego, no se encuentra, y la acusación implícita que acaba de hacer contra ellas tiene todo un estilo provocador.
 
Porque, como ha debido reconocer el personaje, no ha recibido ninguna amenaza capaz de justificar su acusación. Dice que la lanza “para curarse en salud”. Sería entonces, por así decir, un “ataque preventivo”, aunque completamente injustificado cuando no hay siquiera amago de amenaza por el otro lado. Pero, en fin, Peces debe de tomarnos por tontos a todos. No habiendo ninguna salud amenazada, el sentido de su insidia salta a la vista: intenta presentar como terroristas a las víctimas, para desprestigiarlas por completo. En fin, él ha escrito que el aserto “la verdad os hará libres”, no tiene valor. Estamos ante la suprema indecencia, ante el estilo político, la demagogia que ha degradado la democracia en Vascongadas, extendida a todo el país por el actual gobierno.
 
Con espíritu antidemocrático tantas veces demostrado, Peces no tolera el muy justificado rechazo hacia él por parte de aquellos de quienes le encargó ocuparse el presidente Majadero, no se sabe bien por qué. O sí se sabe, porque los resultados son evidentes. Su tarea principal ha consistido, lo hemos visto, en dividir a las víctimas y manchar la imagen de la principal asociación de ellas, en procurar su aislamiento y en desolidarizarse de sus convocatorias, so pretexto de una “falta de unidad” creada por él mismo y por el gobierno al que sirve.
 
Hay una razón bien clara para esta política de sabotaje: el PSOE está echando por tierra la política antiterrorista del PP, tan fructífera. En su etapa anterior, los socialistas combinaron la claudicación (las negociaciones, el “diálogo”) y el terrorismo de estado ¿Denunció Peces estos hechos? Aznar comprendió pronto que la única política adecuada ante los asesinos consiste en la aplicación pura y simple de la ley, pues cualquier negociación convierte el crimen en un instrumento político, algo que no puede aceptar un estado de derecho sin dejar de serlo. Los resultados han sido lentos, pero excelentes, y el Terrorismo Nacionalista Vasco había sido puesto por primera vez contra las cuerdas, para irritación del PNV y de los nacionalistas catalanes… y de un sector del PSOE, ahora dominante.
 
No hace falta ser ningún lince para percibir que el PSOE vuelve a la política ilegal y antidemocrática del “diálogo”. Majadero, con clásico oportunismo, se hizo la idea de aprovechar precisamente la mala situación en que el PP había colocado a la ETA para aparecer como el hombre que consiguió “la paz”…mediante las concesiones adecuadas. Conseguir una paz innecesaria, pues no existe nada parecido a la guerra, a costa de la libertad. En esa política indecente Peces Barba cumple su función. La Asociación de Víctimas denunció cómo él la había conminado a aceptar las ventajas planeadas por el gobierno para los criminales. Su negativa a acudir a la convocatoria contra la excarcelación de los asesinos no precisa comentario.
 
Ni las víctimas directas (indirectamente lo es casi toda la sociedad) ni otros muchos ciudadanos están dispuestos a doblegarse, y para atacarlos, ya ha empezado el PSOE, en coincidencia con la ETA y los secesionistas, a tildar de “extrema derecha” a alguna asociación que lucha por la democracia en Vascongadas (como “extrema derecha” puede ser acosada y silenciada, tal es la intención del dicterio). Ahora Peces ha dado un paso más sugiriendo que las víctimas podrían ser terroristas ellas mismas.
 
Pues, en definitiva, el buen talante hacia el separatismo y los terroristas entraña por fuerza el peor talante posible hacia la democracia y hacia las víctimas. No es posible tratar bien a unos sin intentar destruir a los otros.Majaderoy su gobierno han elegido, sin calcular las consecuencias para el país. Ojalá rectificaran a tiempo, pero a la vista del impulso que va tomando su política resulta difícil el optimismo.

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