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Pío Moa

Racionalidad del terrorismo

La izquierda, aparte de apoyar o excusar de un modo u otro al terrorismo izquierdista (y separatista, en España) y al islámico, ha sabido explotar los atentados de signo más o menos derechista, insistiendo mucho en el carácter de estos.

Sobre los atentados de Noruega se pueden decir algunas cosas, de entrada:

  1. Se trata de una respuesta terrorista al terrorismo islámico. Con la particularidad de que no ha atacado a los islámicos, sino a los (más o menos) cristianos noruegos, siendo el autor protestante y masón. No es tan raro: también muchos atentados islámicos se han dirigido contra otros musulmanes.
  2. En el terrorismo pueden distinguirse al menos tres principios: a) existe un régimen político intolerable contra el que es lícita la violencia; b) nadie es inocente (tesis básica anarquista, implícita en todos los atentados indiscriminados); c) el asesinato tiene una repercusión mediática que no se consigue de otra forma, lo que lo justifica doblemente, como fin y como medio (el terrorismo es básicamente publicidad política con sangre).
  3. Frente a conclusiones simplistas, debe decirse que existen, efectivamente, regímenes intolerables contra los que es lícita la violencia, si no hay otro medio. Que la mayor parte de los terrorismos han sido de izquierda y que tanto ellos como los regímenes totalitarios han encontrado amplia simpatía y a menudo grandes apoyos en las izquierdas europeas, en principio no totalitarias ni terroristas. Y que los medios de masas han sido a menudo los mayores colaboradores del terrorismo. Estos dos últimos puntos los he examinado ampliamente en relación con España (Una historia chocante, y en otras ocasiones). Aquí, el Gobierno ha llegado a justificar y premiar el asesinato como medio de hacer política.
  4. Sería, pues, un error creer que el terrorismo provoca un rechazo generalizado en medios democráticos. No solo encuentra colaboración, directa o indirecta, por afinidades ideológicas, sino por motivos más prácticos. La simpatía izquierdista o separatista por la ETA, proviene asimismo de la esperanza de sacar réditos políticos a sus crímenes. Recuérdense, por otra parte, los amplios movimientos favorables a la ETA y solidarios con ella en los países escandinavos, durante los últimos años del franquismo.
  5. La izquierda, aparte de apoyar o excusar de un modo u otro al terrorismo izquierdista (y separatista, en España) y al islámico –visto por muchos como afín ideológico por cuanto ataca al "capitalismo", al "sionismo" y al "imperialismo"–, ha sabido explotar los atentados de signo más o menos derechista, insistiendo mucho en el carácter de estos y, en el caso de Noruega, en el cristianismo declarado por el autor: un modo indirecto de defender al islamismo.
  6. Algunos terrorismos han sido vencidos con cierta facilidad (no creo que el atentado de Noruega tenga imitadores allí); otros se han mantenido e incluso triunfado. En estos últimos casos, la razón principal se encuentra en las diversas colaboraciones de los recogenueces y afines. Tal es la racionalidad del terrorismo.

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