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Ramón Villota Coullaut

Las competencias ya no son suficientes

Con las declaraciones de Ibarretxe de este viernes, el PNV ha roto el marco constitucional. La Constitución y el Estatuto de autonomía ya no son suficientes, no hay grado de autonomía que pueda aceptar el Gobierno vasco del tripartido, directamente quieren ser un Estado Asociado. Como si fuera tan sencillo lo que han dicho. Nuestra Constitución, en su primer precepto, ya indica que la soberanía pertenece al pueblo español. Con sólo ese precepto, común en todas las constituciones, también en las de corte federal, se impide a una comunidad autónoma romper de manera unilateral el marco constitucional y estatutario.

Ahora queda por ver si realmente asumirá las competencias que dice que su Gobierno ha asumido unilateralmente y si convocará el famoso referéndum. No creo que lo intente, porque algo tan grave obligaría al Gobierno de Aznar a aplicar el artículo 155 de la Constitución, si no está obligado ya. Ese precepto constitucional, que tiene su antecedente más próximo en la Constitución alemana, de corte federal, parte de una idea esencial: la primacía del interés general, del interés español, sobre el interés particular, el interés de una comunidad autónoma. El precepto dice: “Si una Comunidad Autónoma no cumpliere las obligaciones que la Constitución u otras Leyes le impongan, o actuare de forma que atente gravemente al interés general de España, el Gobierno, previo requerimiento al Presidente de la Comunidad Autónoma y, en el caso de no ser atendido, con la aprobación por mayoría absoluta del Senado, podrá adoptar las medidas necesarias para obligar a aquélla al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la protección del mencionado interés general.”

En cualquier caso, si el PNV quiere que nos replanteemos el marco estatutario habrá que replantearse también por qué con la Constitución del 78 y el Estatuto Vasco se intentó zanjar esta controversia histórica otorgando al País Vasco un grado de autonomía inimaginable en esos momentos y que a día de hoy es más amplio que el que la Constitución de la República Federal alemana otorga a sus lander. Con ello se pensaba o se quería pensar que el País Vasco iría entrando paulatinamente en la senda constitucional, pero 25 años más tarde los acontecimientos demuestran lo contrario, que el nacionalismo vasco, por lo menos su clase dirigente, no ha sabido apreciar los sacrificios de otra idea nacional, la española, que también merece ser respetada. Hemos comprobado que el nacionalismo vasco no ha entendido ese mensaje de concordia y ahora ya no sólo se discute por diferentes competencias, si no que se introduce en la discusión la espinosa cuestión de la soberanía, una cuestión que es esencial para cualquier Estado y que no puede estar en discusión permanentemente.

Ramón Villota Coullaut es abogado.

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