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Ramón Villota Coullaut

También los abuelos

Como los procedimientos de separación suelen ser tremendamente tranquilos, lo mejor es liar el tema un poco más. Los padres luchan por la custodia y por pasar las vacaciones con sus hijos, despiadadamente en muchas ocasiones. Pues bien, el Gobiern ha creído conveniente incluir a los abuelos, y que ellos también puedan pedir su cuota de nieto. Fantástico, me imagino como se solucionará este tema en los procesos de familia: el menor con la madre –como casi siempre ocurre–, cada dos fines de semana con su padre, otro fin de semana al mes con sus abuelos, uno materno y otro paterno, y espero que no estén separados, porque ya me he quedado sin fines de semana para repartir.

En cuanto al verano, generalmente se reparten los meses de julio y agosto en años alternos, un año el padre y otro la madre. Ahora el reparto se puede hacer por 15 días, para incluir también a los abuelos. En las vacaciones de Navidad el problema se acrecienta, porque las fechas de Navidad y Año Nuevo se pueden repartir entre los separados, pero cuando en el reparto entran los abuelos ya es más complicado. Quizás se pueda tirar de Semana Santa, pero no es lo mismo.

Y menos mal que esto se hace en interés del menor, porque si la idea fuera otra no se lo que le harían. Al final, no entendemos que la separación es siempre una mala noticia –en muchas ocasiones, y más para los niños, un trauma– y si los abuelos no ven a su nieto no es por la separación en sí, sino que es simplemente porque su relación con su hijo o hija tampoco es muy buena. En la práctica, numerosos hijos de separados ya tienen más convivencia con sus abuelos maternos que con su padre, sin que el convenio regulador incluya nada al respecto. Es comprensible que los abuelos –generalmente los paternos– se sientan perjudicados por la separación de su hijo; pero, como he indicado anteriormente, la separación en sí es algo negativo, y alguna consecuencia tiene que tener. Pero es que además, ¿por qué no proteger entonces el derecho de los tíos, o el del vecino que le ha cogido cariño al niño?

Los problemas de la justicia de familia son otros, provenientes de que dos personas que han compartido todo quieren separarse –y generalmente ocasionando el mayor daño posible al otro cónyuge–, pero desde luego no parece que la mejor medida para arreglarlos sea que los abuelos puedan solicitar ver a sus nietos y que ello se recoja en el convenio regulador. El menor no es un juguete, es una persona que se encuentra en un periodo de su vida en donde requiere de estabilidad. Por tanto, lo mejor que se puede hacer es no crearle más problemas, que con los provenientes de la separación ya tiene suficientes. Lo importante es pensar que teóricamente –y en la práctica– se debe tender a buscar el mejor interés del menor, y no el de sus familiares, por muy cercanos a éste que sean.


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