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Ricardo Medina Macías

La "lógica" de López Obrador

Es imposible falsificar lo que es falso. Es como si demando a un empleado del banco por presunta falsificación de un cheque y al mismo tiempo demando al dueño de la cuenta por haber emitido un cheque sin fondos. O una u otra.

Los más recientes alegatos de "fraude electoral" son bonitos ejemplos de atentados a la lógica y al sentido común. Primer principio: algo puede ser y no ser al mismo tiempo y bajo el mismo aspecto.

Recientemente, la periodista Carmen Aristegui entrevistó en la radio al señor Andrés Manuel López Obrador. Los alegatos del entrevistado no sólo resultaron confusos y basados en equívocos, sino que constituyeron un caótico atentado a la lógica y a la realidad.

No valdría la pena prestar atención a discursos tan absurdos de no ser que se pretende con ellos definir el futuro de México. Basta con referirnos a una de las contradicciones más flagrantes. López Obrador dijo querer simultáneamente el objetivo "A" (nuevo conteo de votos para corregir actas que presume falsificadas) y el objetivo "B" (nulidad de las elecciones, porque presume que los votos no fueron emitidos en condiciones de equidad, libertad, legalidad y otras), sin percatarse no sólo de que se trata de objetivos mutuamente excluyentes, sino de alegatos que se contradicen.

Para poder decir que las actas "falsificaron" la votación debe admitirse que los votos sí son auténticos. Esto significa que el objetivo "A" (nuevo conteo de votos) parte de la premisa de que la elección reunió las características de equidad, libertad y legalidad que requiere para su validez y que el alegato va dirigido a corregir las presuntas falsificaciones que habrían cometido funcionarios de casilla y representantes de los partidos, al llenar y firmar con falsedades las mencionadas actas. Pero si al mismo tiempo alegamos que los votos no fueron emitidos bajo las condiciones de equidad, libertad y legalidad que previene la ley –objetivo y alegato "B"– invalidamos automáticamente el alegato "A", ya que sólo puede falsificarse lo que es auténtico.

Es imposible falsificar lo que es falso. Es como si demando a un empleado del banco por presunta falsificación de un cheque y al mismo tiempo demando al dueño de la cuenta por haber emitido un cheque sin fondos. O una u otra. Una cosa no puede ser y no ser al mismo tiempo. Para haber "falsificación de actas" tiene que haber votos auténticos que fueron falsificados y si lo que hubo fueron votos no válidos, la presunta falsificación es imposible.

Otra contradicción derivada: si el conteo de votos arroja que ganó el entrevistado, el conteo será legítimo y válido y bastará para terminar con las presuntas imposturas; pero si el mismo proceso arroja que ganó su adversario, el proceso será inicuo. ¿Por qué? Porque López Obrador lo afirma y punto.

Cuando los problemas más acuciantes de todo un país son tratados con esta exhibición de estulticia por quienes aspiran con tanto ahínco a ser sus gobernantes, ¿qué otro destino le puede esperar a ese país si no el desastre y la ruina, en caso de que logren conseguir sus propósitos?

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