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Gran velada de Pressing Catch: Enterrador Roures contra Animal Cebrián

(Libertad Digital) Zapatero puede dormir tranquilo. Sus dos aliados mediáticos más fieles siguen a la greña. Un juez de Madrid ha ordenado a El País, según se ha sabido este martes, que permita a Mediapro ejercer su derecho de rectificación sobre una información publicada por la cabecera de Prisa en la que se sostenía que La Sexta retransmite ilegalmente algunos partidos de la Primera División del fútbol español.
 
Si lo que pretende el presidente, o quien sea que le haya asesorado en esta estrategia, es que la llamada guerra del fútbol le alivie de la peligrosa carga de un único acreedor de su propaganda –un trono que Jesús Polanco no aceptó compartir jamás– , la jugada le está saliendo a pedir de boca.
 
Ahí están, Mediapro y Sogecable con sus peonadas de El País, Cuatro y la SER, a un lado del ring, y La Sexta y Público, al otro, apoyando incondicionalmente a Z, compitiendo ferozmente por merecer sus caricias, mientras se zurran de lo lindo entre sí.
 
El Confidencial revela este miércoles una esquina de la encarnizada lucha libre que se libra dentro y fuera del cuadrilátero. Cuenta esta web que Mediapro, el grupo de Jaume Roures, intentó antes del pasado verano allegarse fondos para lanzar una OPA a Sogecable. En la misteriosa Jauja financiera de Mediapro no se andan con chiquitas. ¿De dónde saca para tanto como destaca?
 
Para ser justos, Mediapro lo ha desmentido a la propia cabecera digital dirigida por Jesús Cacho, pero ésta insiste en que "la operación arrancó antes del verano y tuvo un apoyo de lujo. Contactaron con varios fondos extranjeros para ver si se sumaban a la operación y con algún grupo español. Hablaron con José Manuel Lara, que se dejó querer y estuvo estudiando sumarse a la misma".
 
Es muy probable que al heredero del imperio Planeta no le haga ninguna gracia verse mezclado en este rumor de carroña sobre Sogecable, endeudada hasta las cejas. ¿También tú, Bruto, hijo mío?, se revolverá Jesús Polanco en su tumba, mientras papá Lara se echará unas risas en la suya.
 
Y es que la paz no llega después de los largos funerales de Estado (en la sombra) en honor del patriarca de Prisa.
 
La SER vive en un sin vivir. SER o no SER, el drama de la fuga de cerebros –oyentes, se entiende, porque entre las estrellas de la otrora imperial cadena radiofónica quedan entre cero y ningún cerebro– avanza inexorable.
 
La voz que aburre y espanta, el tapón de todos los quebraderos de cabeza de la Casa sigue siendo Carlos Francino, a quien le tocó desempeñar una historia muy triste, la de suceder a Iñaki Gabilondo sin estar tan amargado como él. En la SER, opinar como si te acabaras de comer un pomelo es garantía de éxito. No hay más que oir a Carlos Carnicero y María Esperanza Sánchez.
 
El caso es que la SER se renueva en todas sus franjas –Angels Barceló a Hora 25: vengan Prestiges y vayan Lorcas; Montserrat Domínguez al magazine de fin de semana con título guerrista: A trincar que son dos días–, menos en la madre de todas las franjas, donde la cadena se juega el SER o no SER, las mañanitas de Francino, que ya no son las que cantaba el Rey Iñaki en sus tiempos mozos.
 
Hoy por hoy, Carles lo tiene crudo. Según El Semanal Digital, "la franja matinal de la Cadena SER, el espacio con mayor audiencia y el que determina el ranking de liderazgo entre las emisoras, carece de influencia. Francino, a pesar de seguir siendo líder, pierde oyentes, y a nadie extrañaría su próxima sustitución. ¿Por una mujer?". ¡Uy! Qué intriga, cuánto suspense.

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