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Gabilondo, credigallupado

La empresa Gallup es un clásico de nuestro tiempo, un top de la encuestas, de los sondeos de opinión. Como dice en su página, “desde 1968, toma el pulso a la opinión pública española sobre los acontecimientos y temas que en cada momento centran su interés”. Un poquito retro, acaso, como un scooter o así, aunque gracias a la permanente puesta al día de la metodología y de los instrumentos que pone al alcance de sus trabajadores de campo (ya no tienen que chupar la punta del lapiz con el que marcan las casillas y se ha desterrado el papel de calco entre los formularios) se mantiene en forma, qué duda cabe. ¿Cuál es el tratamiento que precisa una compañía de sondeos para que su notoriedad no decaiga y le sigan encargando todo tipo de “estudios sobre productos y marcas, medios y publicidad, ómnibus, institucionales, de coyuntura económica, de satisfacción de clientela, además de estudios de opinión pública y sociopolíticos”? Lógicamente, una degustación generalizada y gratuita de sus productos. Así, parte de su trabajo lo dedica a darse a conocer, haciendo sondeos que luego trata de que sean reflejados por los medios.
 
Uno de los clásicos de autopromoción de Gallup es el que llama ránking de credibilidad de los periodistas, que consiste en 1007 entrevistas en su domicilio a individuos mayores de 15 años (seleccionados científicamente) a los que les preguntan quién es el periodista que les merece mayor credibilidad, estén de acuerdo o no con él. En el estudio de este año, 75 de esas 1007 personas mencionaron a Iñaki Gabilondo y a Luis del Olmo, lo que en algunos titulares los convierte en los periodistas más creíbles de España. Les siguen, a notable distancia, María Teresa Campos, que fue mencionada en 48 ocasiones, y Matías Prats, del que se acordaron 30 de los encuestados, Ana Rosa Quintana, 23, y Javier Sardá y Carlos Herrera, que fueron favorecidos por la memoria de 18 de los encuestados.
 
Tantos encuestados como días tiene el año no consiguieron recordar el nombre de ningún periodista que les mereciera credibilidad, y un centenar renunció incluso a hacer memoria al estar convencidos de que ningun miembro de esa profesión merecía ser creído. Nada comparado con lo conseguido en 1986, cuando los encuestadores se encontraron con 600 desmemoriados o desconfiados.
 
A la vista de tan interesante estudio lo único que se nos ocurre es preguntarnos si todos los encuestados eran capaces de hacer una clara distinción entre la verdad y la mentira, la apariencia y la realidad. Si hubiéramos consultado a algún sociólogo prestigioso, nos habría dicho que no es eso, que su disciplina se ocupa de lo que la gente dice que piensa, no de si la gente dice lo que piensa o de si piensa lo que dice. Así que eso es lo que hay: 75 de las 1007 personas entrevistadas por la empresa Gallup este año creen que Iñaki Gabilondo es el periodista más creíble de España. Allá ellos.
 
Uno de los pocos asuntos profesionales que tienen en ascuas al personal es el nombramiento del jefe de Telemadrid. PR, Pedro Aparicio, en su intrépida línea habitual, dice que “se confirma la noticia dada por él mismo en exclusiva”. La confirmación consiste en anunciar que la semana que viene Javier González Ferrari será nombrado presidente ejecutivo y Manuel Soriano, director general, encargado de informativos, cadena y día a día, que es como decir que se espera que ejerza el cargo si es nombrado. Sólo pueden ocurrir cuatro cosas: que se confirmen los dos, que no se confirme ninguno, que, si se confirma uno solo, no acierte en lo de Ferrari o en lo de Soriano. Es muy posible que la penúltima sea, en este momento, la más cierta, lo que no implica forzosamente nada más.
 

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