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Lo que trama Alberdi

Ha soprendido la extraordinaria gallardía desplegada por Cristina Alberdi al críticar a la actual ejecutiva socialista por sus errores en la administración de la crisis de la Asamblea de Madrid así como por la indefinición nacional. Todos se preguntan por qué se ha hecho notar tanto este verano. ¿Lo hace sólo porque se lo dicta su conciencia? Trabaja para el sinuoso González, creen unos. Ayuda a construir el puente sobre el Tajo de Bono, dicen otros.

Nadie consigue explicar cómo se arriesga a que le sean recordados tantos episodios sonrojantes que atesora su biografía, sobre todo desde que se afilió al PSOE. Como se recordará, se afilió al partido en 1995, dos años después de haber sido nombrada ministra de Asuntos Sociales en el último Gobierno de González. No fue piadosa y tolerante cuando enjuició al prójimo en situaciones semejantes a la suya. Se la recordado lo que dijo sobre Ventura Pérez Mariño en 1995, Gal mediante. El Mundo ha encontrado en su archivo y publicado una foto en la que, de la mano de la señora de González, juega al corro ante la cárcel de Guadalajara cuando entraron Vera y Barrinuevo. El otro día alguien exhumó unas declaraciones suyas dudando de la culpabilidad de Roldán. Carmen Chacón la ha llamado pelota. Lleva demasiado tiempo en el candelero para llamarse a engaño, tenía que saber lo que podía ocurrirle.

Todavía no lo hemos visto publicado, pero se comenta que su intrepidez podría ser interesada. Unos meses antes de las elecciones, dada su mala situación en el partido, se estaría buscando la vida para cuando se caiga de las listas. Una aspiración podría ser la de volver al Consejo General del Poder Judicial. Ya estuvo en él, de la mano del que luego sería su partido, entre 1985 –se le reprochó que no cumplía con la condición de llevar 15 años colegiada– y 1990. No le importaría volver, dicen, aunque ahora fueran otras las fuerzas que la auparan. ¿Otra trama?

Dicen que en la secretaria de Estado de Comercio y Turismo han respirado con alivio al saber que el señor Costa cambiaba de destino. Todas las virtudes que promete la buena apariencia del castellonense resultan luego decepciones. Altanero y arrogante, insufrible en el trato con sus subordinados, dicen los que lo sufren, no compensa su defectos con la diligencia y eficacia que despliega para cumplir con sus obligaciones profesionales. En el desnortado ministerio de Ciencia y Tecnología siguen añorando la Industria perdida y se consuelan pensando que su paso por Castellana 160 será breve y que peor que la Birulés es difícil, aunque los más pesimistas recuerdan aquello de que cualquier situación es susceptible de empeorar. En cuanto a los segundos del ministerio, la opinión más generalizada es que la labor de López Blanco ha sido manifiestamente mejorable. El que se pensaba que sabía, González Echenique, se fuera a la privada y desde entonces no hay director general.

En El Semanal Digital gusta mucho Josep Puigbó. Hoy dicen que es el perfil que desea Rajoy para TVE y que Urdaci ha perdido la batalla. No será por lo difícil que se lo puso en la entrevista. Es posible que el envaramiento de Puigbó, que en el debate de antaño era un defecto, se haya convertido en virtud para el busto parlante del telediario.

Cuenta El Confidencial que los señores de Aznar visitaron la casa donde residirán cuando abandonen La Moncloa. La concejala del Ayuntamiento de Madrid se muda a un chalet en la urbanización Montealina de Pozuelo. Hasta el precio dan: 480.000 euros.

Más rumores:
1-IX-2003: La incógnita Mayor
2-IX-2003: Ángeles y detectives
3-IX-2003: De la SER al PSOE, y tiro porque me toca
4-IX-2003: Preguntas, nada más

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