Menú
Salvador Ulayar

¡Arriba los corazones!

Cualquier posibilidad de una contestación a los planes zapateriles creo que, tarde o temprano, pasa por el Partido Popular; lo cual, por lo que va dicho, no invita hoy al optimismo.

Ojo al Cristo que es de plata. Patxi López, el mismo que viste y calza. El hombre que cuando la supuesta huelga de hambre de De Juana Chaos declaraba sombrío y casi sollozante que lo importante era "que Iñaki no muera". ¿No resultó enternecedor? Bien, el mismo López que hoy preside el Gobierno vasco se dirigió de este modo a las bases etarras tras el reciente asesinato del policía francés: "Tenéis que rechazar y condenar la violencia y trabajar con la democracia para terminar con ETA o estaréis fuera de la democracia, de la política y de una sociedad digna como la vasca. Tenéis que escoger, pero tenéis que escoger ya". Tan cariñoso. Sólo le restó añadir al final un patético "¡hijos míos!". Por ahí le andaba también ZP refiriéndose a los mismos tipos: "Hasta ahora, lo que se ha podido ver después del último asesinato y después de todas las reflexiones que llevan en los últimos meses ha sido una respuesta cobarde". ZP y López esperan alguna respuesta. Esperan una devolución a lo que quiera que les hayan mandado previamente a los asesinos. Esta dialéctica repulsiva –que contrasta una barbaridad con el a por ellos de Sarko– encaja en las vehementes sospechas de que persiste la negociación con la ETA. En descanso, subterránea o como quiera el lector. El trato con la ETA no ha muerto. En ese tono apañador para con la banda, uno observa cómo se dispensa bastante mejor trato a los matarifes que a las víctimas beligerantes, las de la rebelión cívica. Nunca han utilizado ningún tono balsámico para pedir perdón a los de la AVT verdadera. Vamos, ni este tono ni ninguno. Amigo Alcaraz, somos de lo peor. Lo que sí ha hecho Patxi y en general la oficialidad es recibir en actos, algunos ciertamente enternecedores, a asociaciones de víctimas que tras la defunción de la verdadera AVT se prestan a ser coartada para la impunidad de los protagonistas de la negociación. Ser víctima del terrorismo no garantiza automáticamente la adecuada preservación de tu dignidad ciudadana. Tengo para mí que si no es por la AVT verdadera de Alcaraz, las víctimas no habríamos pasado entonces de hacer unas finas protestas de trámite. Oiga, que ni rebelión cívica ni ocho cuartos. Como siempre, resultan imprescindibles líderes a los que seguir. ¿Hasta dónde habría llegado ZP en el trato con los etarras de haber imperado el silencio en la calle y los medios, pues que un PP noqueado tras el 11-M no habría encontrado enganche como el de la hoy denostada rebelión cívica? Miedo da siquiera pensarlo. Pues nada, en la segunda parte de la negociación los ingredientes necesarios están muy en sazón, de forma que nos la pueden meter hasta donde pone Toledo. Con una AVT fuera de juego y que difícilmente resucitará, y siendo el resto de colectivos de escasa significancia estos últimos años, cuando no claramente serviles y ayudas valiosas para ZP y contra la AVT verdadera, son difíciles protestas de las víctimas. Pero ya veremos.

Por otra parte es difícil pronosticar cómo reaccionará el Partido Popular. Tiene un pacto con Zapatero en esta materia desde 2008 del que nunca ha revelado su contenido, más allá de algo de farfolla para consumo de ingenuos. Porque ¿no irá el lector a creerse los supuestos puntos de acuerdo publicitados entonces, que no eran sino el gato de vaguedades y lugares comunes que quisieron colarnos como liebre de la verdad, tal vez inconfesable? Así que esas "certidumbres", habitualmente tan caras al discurso de Rajoy, dudo yo que las veamos tan claras llegado el momento. Permanezco atento a la pantalla con la magra esperanza de equivocarme.

El amigo Luis del Pino me preguntaba este sábado en su programa qué podría hacer el ciudadano ante semejante cuadro. No porque él no lo tenga claro, sino por buscar para sus oyentes algunas patas más que poner a la retórica de una ciudadanía crítica, la que no está por la labor de tirarlo todo por la borda. Yo lo veo crudo, pero mi proyecto pasa por no callarme ni debajo del agua. Y a eso invité. En todo caso, cualquier posibilidad de una contestación a los planes zapateriles creo que, tarde o temprano, pasa por el Partido Popular; lo cual, por lo que va dicho, no invita hoy al optimismo. No quiero ser demasiado pesimista en la previsión, pero este estado de cosas me trae al recuerdo una anécdota que brevemente les refiero.

Cuando la refriega interna desatada tras la toma de la AVT por las huestes casqueras, unos cuantos socios de la AVT nos reuníamos para intercambiar pareceres y ver qué posibilidades había de dar la vuelta a la agonía de la asociación. Sinceramente, nunca pensé que eso fuera muy posible. Pero allí anduve. No tengo remedio. A la salida de una de nuestras tenidas madrileñas y cuando partía de vuelta a Navarra, uno de los concurrentes apretaba mis manos, como quien se conjura, mientras me decía: "Salvador ¿verdad que venceremos?". Respondí: "Amigo, creo que no. Si tal y como sospechamos, Gobierno y oposición están sintonizados en esto de la AVT, palmamos". Y así fue. En estos momentos, sin que por ello mi ánimo se vea lastrado un ápice, me invade parecido pesimismo; realismo más bien. Pero no crea el paciente lector que esto es cosa dañosa, quia. Renunciando a la esperanza entendida como consuelo imprescindible del ánimo, del que echamos mano incluso de modo irracional, uno evita el riesgo de caer en la desesperanza, profunda sima. De ese modo es más fácil seguir erguido como ciudadano. Oiga, todo ventajas. Así que... ¡arriba los corazones!

En España

    0
    comentarios
    Acceda a los 1 comentarios guardados