Menú
Saúl Pérez Lozano

Camisas rojas hoy, pardas ayer

Como un Papa Doc haitiano, Chávez aspira a la presidencia vitalicia para consolidar, en su megalomanía, una república socialista que él llama del siglo XXI, pero que no es más que un fascismo rancio y militarista de corte estalinista.

Los matones y pandilleros camisas pardas de las SA fueron la fuerza intimidatoria que lanzó el nacionalsocialismo (nazi) para aterrorizar a la población alemana que se oponía a sus designios, pero la degradación económica y social de 1929 y el apoyo de la gran burguesía permitió a Hitler acceder a la cancillería y que se declarara Führer o caudillo. Hitler fue acaparando poderes y se hizo de una constitución a su medida, conformando un régimen totalitario de partido único, el nazi.

La introducción viene al caso porque esos son matices del proceso que viene estableciendo en Venezuela el salvador del mundo, Hugo Chávez: acaparamiento de poderes, institucionalidad inexistente, el partido único y sus camisas rojas en el papel de camisas pardas tropicales.

El salvador, con pretensiones de perpetuarse en el poder, espera superar al Führer asumiendo un fundamentalismo que alterna entre Jesucristo y Simón Bolívar, aristócrata éste y nada revolucionario. Como un Papa Doc haitiano, Chávez aspira a la presidencia vitalicia para consolidar, en su megalomanía, una república socialista que él llama del siglo XXI, pero que no es más que un fascismo rancio y militarista de corte estalinista.

Chávez tiene casi ocho años en el poder sin una sola obra que mostrar y aunque sigue teniendo una fuerza electoral por los petrodólares, de su pertenencia mas no de la nación, el elector desengañado que votó por sus ofertas y promesas del pasado hace agua y no muestra el entusiasmo reciente, lo que siente es aburrimiento, y parece que el escepticismo podría acabar con sus sueños de grandeza como el Hitler pretérito.

La sociedad civil que quiere democracia y retomar la ruta del progreso y la modernidad se ha recuperado de las frustraciones que dejaron el 11 de abril de 2002 y el referendo revocatorio presidencial de 2004; lentamente, el entusiasmo va ocupando terreno porque hay en la arena un candidato con una obra que mostrar como gobernador del estado de Zulia y alcalde de su capital, Maracaibo. Él ha aceptado el reto y sin incurrir en la cansona verborrea soez del salvador del mundo, lo ha colocado en su sitio y aunque no tiene dotes de tribuno, va directo y ataca el cómo este gobierno ha degradado el país y a su gente y despilfarrado el dinero. No está a la defensiva y sin ofensas ni improperios pisa el mismo terreno que Chávez, habiéndose potenciado su candidatura más allá de lo esperado. Hoy, el chavismo no es un movimiento sólido, pero hay mucho dinero en el bolsillo del salvador.

El camino por delante es escabroso, los que mandan no están dispuestos a entregar el poder, todo está hecho una vez más para la trampa y el fraude, comenzando con la complicidad del supuesto árbitro electoral. Nos queda depender de la reacción y voluntad de los electores a los que por supuesto ya no las camisas pardas hitlerianas, sino las de rojo de Chávez, intentarán intimidar, acosar, aterrorizar con la violencia y la agresión física. Rosales ha pedido a los electores que salgan a votar porque él hará valer esos votos y hacer respetar la voluntad de la mayoría.

Chávez no ha tenido, recién, todo a su favor. En Perú salió con las tablas en la cabeza y, violentando todo principio diplomático y de no intervención en asuntos de otras naciones, osó desconocer el triunfo oficial del presidente electo. Igual en México. Y ya tiene candidatos en Ecuador y Nicaragua.

Parece que el mesianismo de un hombre sediento de poder, carente de idea alguna, resentido e irracional, sin un solo pensamiento que mencionar, podría haber iniciado su cuenta regresiva. Comencemos el conteo.

En Internacional

    0
    comentarios