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Susana Moneo

El desprecio de Francia

Y van cinco. Son ya cinco las veces que vemos a Olano, el portavoz de Gestoras Pro Amnistía, organización que apoya a ETA según un auto judicial, en un acto público despues de que sobre él pese una orden internacional de busca y captura. Con total impunidad se pasea por las calles de diversas localidades del sur de Francia e incluso se sube a un estrado para jalear el terrorismo. En esta ultima ocasión lo ha hecho cuando los cuerpos de las dos últimas victimas de Eta están aún calientes.

Con su libertad demuestra una vez mas la falta de sensibilidad, o de coraje dicen algunos, de las autoridades francesas, el desprecio hacia las resoluciones judiciales de un pais vecino y su indiferencia ante las leyes europeas. No es que Francia se haya distinguido tradicionalmente por su colaboración contra ETA, mas bien al contrario.

Tradicionalmente sus autoridades han hecho la vista gorda y han consentido el santuario etarra en que se ha convertido el pais vasco francés. Nuestras fuerzas de seguridad nunca han contado con la colaboración gala. El contraste de información, algo que a cualquiera le parecería lógico entre la policía de dos países tan cercanos ha sido inexistente. Nos constan las quejas de fuentes de la lucha contra Eta hacia nuestros amigos del norte.

En muchas ocasiones, los informes han llegado tarde y mal, han rechazado nuestra colaboración en las pesquisas y no se ha permitido la participación de agentes españoles en las intervenciones que han practicado las fuerzas de seguridad francesas. La ausencia obligada en los interrogatorios e investigaciones de nuestra policía, bastante más experta que la vecina en esta materia, ha privado a la lucha antiterrorista de información extraordinariamente importante.

Con el nuevo clima mundial en contra del terrorismo y la preparación de iniciativas en Europa parecía que todo había cambiado. Incluso tuvimos un momento de esperanza con el acuerdo judicial firmado entre ambos países por el que se aligeran los complicados trámites de extradición. Un detenido en Francia, aunque esté cumpliendo condena, puede ser reclamado por la justicia española y ser juzgado aquí, cosa que antes era imposible. Sabido era que muchos terroristas cometian pequeños delitos para cumplir una condena que impediría su extradición. Claro, que si no le detiene, como hacen con Olano, ni extradición ni trámites abreviados.

Una vez más Francia se ha encargado de abrirnos los ojos. El acuerdo que hace días se vendió con gran profusión de cámaras y micrófonos y apretones de manos, hoy es tan sólo eso, una fotografía. Una fotografía que el ministro de Justicia español debería enviar a su homólogo francés. Una copia enmarcada tendria que ser remitida también por el vicepresidente y titular de Interior, Mariano Rajoy, acompañada de una enérgica protesta por la falta de colaboración y la displicencia con la que actúa Francia. Olano, mientras, sigue hablando y hasta parece que la policia gala le da escolta.

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