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Susana Moneo

Gallardón presidente

Sus partidarios intentan bloquear el desembarco de Esperanza Aguirre en la presidencia del PP madrileño, pese a ser ella la única presidenta de Comunidad que no es presidenta regional del partido.

Gallardón ha lanzado toda una ofensiva desde el grupo Prisa. Quiere estar en la dirección del partido, y tanto lo desea que no sólo ha hecho lo propio en estos casos, proclamar la necesidad de renovación, sino que, inusitadamente, ha entonado el mea culpa. El ya no tan jovencito, pero sí ambicioso, se declara culpable de haber desatendido las labores de partido por pensar que su mejor aportación era realizar con éxito su gestión de gobierno regional. Grave error que llevó a muchos malpensados a creer que Gallardón no apoyaba al equipo de Aznar. Ahora, al fin, se ha dado cuenta de ese despiste y va a arreglarlo.
 

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Estas inusitadas confesiones van acompañadas de estudiados movimientos de sus partidarios quienes, centrados en descabalgar a Acebes, intentan al tiempo bloquear el desembarco de Esperanza Aguirre en la presidencia del PP madrileño, pese a ser ella la única presidenta de Comunidad que no es presidenta regional del partido. Pero ha tenido otro extravío. En su afán por justificar sus aspiraciones ha dicho que es obligado que quienes tienen responsabilidades de gobierno estén "directamente implicados" en la gestión del PP. A Esperanza Aguirre se le habrá atragantado el té. Tanta confianza da "Casa Polanco" tan a gusto se está, con doble página y foto tamaño pancarta a modo presidencial, que a uno a veces se le nubla la mente.

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