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Teresa Giménez Barbat

Desde Bruselas, por la democracia

Sánchez depende del chavismo ibérico para seguir estirando la legislatura, y ya sólo ese asidero pone bajo sospecha cualquier disposición en política internacional.

Sánchez depende del chavismo ibérico para seguir estirando la legislatura, y ya sólo ese asidero pone bajo sospecha cualquier disposición en política internacional.
EFE

Es de imperiosa necesidad que la UE reconozca a Juan Guaidó como presidente de Venezuela. Cuando llegan noticias de que los esbirros de Maduro han empezado a disparar contra los manifestantes, las invocaciones al consenso y la unidad de acción son, además de vacua retórica, una irresponsabilidad mayúscula, máxime teniendo en cuenta que dos de los tres representantes de los órganos más importantes de la UE, Antonio Tajani y Donald Tusk, ya han abogado por el reconocimiento de Guaidó.

Particularmente preocupante es el papel del presidente Sánchez, puesto que España no sólo debió haber reconocido de inmediato la legitimidad democrática de Guaidó; además, y en razón de los vínculos culturales y afectivos con Venezuela, tenía la obligación de liderar la ola de solidaridad con el movimiento opositor. En lugar de eso, el Gobierno ha entrado en pánico, manifestando sus reparos a la posibilidad de estar haciendo "seguidismo" (no vayan a confudirlo con Trump y Bolsonaro o, aún peor, con C's o el PP) y evidenciando, una vez más, que la izquierda sigue siendo rehén de una infausta tradición cultural: la que le lleva a extremar los escrúpulos con las dictaduras socialistas, en la íntima, inconfesable convicción de que son menos dictaduras. Hay también, claro, motivaciones prácticas. Sánchez, en efecto, depende del chavismo ibérico para seguir estirando la legislatura, y ya sólo ese asidero pone bajo sospecha cualquier disposición en política internacional.

Con la esperanza de que en Venezuela se restablezca de una vez la libertad, acabo de dirigir, en compañía de otros eurodiputados, una carta a Mogherini, alta representante para AAEE, para que Europa esté a la altura de los acontecimientos. Así acaba:

La toma de posesión del Presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, como Presidente de Venezuela, nosotros, miembros del Parlamento Europeo, pedimos a la UE una posición rápida, fuerte y unida para reconocer a Juan Guaidó como el único Presidente legítimo y democráticamente elegido de Venezuela. Creemos que el reconocimiento explícito del Presidente Guaidó sería una continuación del compromiso de la UE de apoyar una solución pacífica y democrática a la crisis en Venezuela.

Teresa Giménez Barbat, eurodiputada del grupo ALDE.

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