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Thomas Sowell

Las mentiras de McCain

McCain fue uno de “los 5 de Keating”, los senadores que utilizaron su influencia para intentar proteger a una compañía de ahorros y préstamos en quiebra, que también pasó a ser objeto de una investigación por corrupción.

Durante años, hemos escuchado que el senador John McCain "habla sin rodeos". De hecho, su tren electoral ha sido calificado incesantemente como el “expreso del discurso directo”. Pero no por mucho repetirlo, algo se lo convierte en verdad. El hecho de que McCain realice declaraciones breves y bruscas no significa que hable con sinceridad. Hay grandes mentiras breves y bruscas, como la que contó la víspera de las primarias de Florida, cuando afirmó que Mitt Romney había defendido un calendario de retirada de Irak.

Hasta el Washington Post, que apoya a McCain, dijo que el Senador había "distorsionado el significado" de lo que dijo el gobernador Romney, quien "nunca ha propuesto fijar una fecha de retirada". Durante la entrevista de ABC News a Mitt Romney manipulada por el senador McCain, a aquél le plantearon la conveniencia del veto presidencial a la legislación del Congreso que fija un calendario de retirada, y si como presidente él vetaría o no una legislación similar. “Por supuesto”, fue la respuesta de Romney. No hubo ambigüedad.

Obligado a enfrentarse a su mentira en los debates de la noche del miércoles pasado, McCain fanfarroneó y se salió por la tangente de una manera que recuerda al Capitán Queeg en la novela El motín del Caine, cuando fue sorprendido mintiendo durante una investigación de la armada. De igual forma que en la historia, cuando se enfrenta a cualquiera de sus tropelías, el senador McCain tiende a recurrir a su historial como héroe de guerra en Vietnam. Hablemos con propiedad. Benedict Arnold fue un héroe de guerra, pero eso no le eximió de la condena por su traición posterior. Ser héroe de guerra no es un comodín vitalicio. Y la presidencia de los Estados Unidos no es una recompensa a un individuo por los servicios prestados. Este cargo conlleva una pesada responsabilidad con el futuro de la nación, incluyendo el de las generaciones venideras. El carácter y la integridad son aptitudes importantes. Sin embargo, los años y unos medios de comunicación afables han permitido que las deficiencias del senador McCain en cuanto a su carácter e integridad pasen a segundo plano.

McCain fue uno de “los 5 de Keating”, los senadores que utilizaron su influencia para intentar proteger a una compañía de ahorros y préstamos en quiebra, que también pasó a ser objeto de una investigación por corrupción. Durante las primarias de 2000, la agencia Associated Press informó de los chistes del senador McCain sobre las personas con Alzheimer, de un mal gusto difícil de superar, pues: 1, en aquel momento se sabía que Ronald Reagan sufría Alzheimer; 2, los medios a los que cortejaba McCain odiaban a Ronald Reagan. Resulta especialmente irónico ver hoy a McCain ponerse a la sombra del presidente Reagan.

Con la fuerza de su victoria en las primarias de Florida y sumergido totalmente en las primarias del "super martes", John McCain ha sido devuelto a la posición de favorito que los medios le habían asignado desde el principio. Otros republicanos se están subiendo a su tren, algo que podría tener que ver no tanto con las propias cualidades de McCain como con la posibilidad de obtener cargos en el gabinete o nombramientos en el Tribunal Supremo como recompensa a su apoyo político.

Quizá las primarias republicanas parezcan un asunto cerrado, pero también lo parecía la ley McCain-Kennedy, que extendía una amnistía a los residentes extranjeros ilegales, hasta que el público descubrió la verdad que se escondía tras una redacción legal hecha para complacer a la opinión pública, y por ende detuvo en seco esa traición. El súper martes podría ser la última oportunidad en manos de los electores para frenar en seco el llamado "expreso del discurso directo". Su nombre real debería ser "expreso de la traición", porque McCain se ha vendido no solamente con la amnistía para ilegales, sino que también traicionó la Primera Enmienda con la "ley de reforma de la financiación de campañas electorales", la McCain-Feingold, que supuestamente iba a eliminar las donaciones para las campañas políticas, pero que evidentemente no lo ha hecho. McCain también traicionó las nominaciones judiciales del presidente forjando su propio acuerdo con los demócratas, socavando así los intentos republicanos de impedir a los primeros utilizar maniobras para obstaculizar a los candidatos en vez de votarlos, afirmativa o negativamente.

¡Menudo historial para el que se presenta como alguien que habla directamente y sin rodeos!

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