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Thomas Sowell

Otra víctima académica

A pesar de la incesante repetición de la palabra "diversidad" en las universidades, la trágica realidad es que el mundo académico es uno de los sitios más intolerantes en Estados Unidos cuando se trata de diversidad de ideas.

La dimisión de Lawrence Summers como presidente de la Universidad de Harvard nos dice mucho sobre lo que está mal hoy en día en el mundo académico. Cuando llegó al cargo en 2001, Summers parecía el presidente ideal para Harvard. Había tenido una distinguida carrera tanto fuera como dentro del mundo académico, incluyendo el haber sido catedrático de Harvard, así es que no había ninguna razón obvia por la que no pudiese encajar en el puesto. Sus mayores errores fueron la honestidad y el deseo de hacer lo correcto. Y es que eso ha arruinado más de una carrera académica.

Los problemas del doctor Summers empezaron muy pronto. Hizo llamar a Cornel West para hablar sobre las actividades académicas de West, o mejor dicho, sobre la falta de actividades académicas del catedrático West. No es que Cornel West estuviera inactivo. Estaba en activo como gran showman, activo en política, activo en el lucrativo círculo de las conferencias y hasta activo en el mundo del espectáculo escribiendo y cantando música rap. También era popular con los alumnos, como lo es cualquier profesor que reparte sobresalientes a granel en las calificaciones.

El tipo de actividad que Lawrence Summers quería ver por parte de West era el tipo de actividad que se espera de los catedráticos en una destacada universidad: investigación académica y artículos. Cornel West escribía muchas cosas en muchos sitios pero hasta un editor de la revista progresista New Republic tachó los libros de West como "casi completamente inservibles".

Aunque la charla entre Summers y West fue en privado, el mismo Cornel West lo convirtió en asunto público y consiguientemente en un escándalo público. West y sus defensores lo convirtieron en un tema racial. Eso convirtió los hechos y la lógica en algo irrelevante.

Summers pidió disculpas.

Esto debería decirnos todo lo que necesitamos saber sobre Harvard y el mundo académico en general. Ni la verdad ni los estándares académicos importan cuando se toca un nervio ideológicamente sensible como es la raza.

Lawrence Summers se tocó otro nervio sensible el año pasado, discutiendo las razones por las que no hay más mujeres como profesores titulares en las facultades de ciencias. Ya que estaba hablando en un simposio académico, Summers citó hipótesis y datos que podrían explicar la baja representación femenina en la cúspide de las ciencias.

Summers sugirió lo que él llamó "la hipótesis del trabajo de altos vuelos". Las madres lo tienen difícil para llegar a las más altas posiciones en tareas en los que la gente emplea muchas horas y pone todo lo demás a un lado cuando la labor así lo exige.

También citó otro hecho conocido e indiscutible. Aunque mujeres y hombres tienen coeficientes intelectuales de promedio similar, los hombres se encuentran sobrerrepresentados tanto en los niveles más bajos como en los más altos del coeficiente intelectual. Los hombres superan a las mujeres tanto entre idiotas como entre genios. Debido a que los científicos más notables salen desproporcionadamente de entre la gente que está en los más altos niveles de inteligencia, éste es otro posible factor de las diferencias encontradas entre hombres y mujeres en las altas esferas de las ciencias.

Summers también citó otros factores que incluían la socialización y la discriminación pero esto no sirvió para evitar que reventara otra tempestad ideológica. Simplemente se demonizó a Summers y el profesorado se puso en su contra porque la única explicación políticamente correcta es la discriminación.

Summers pidió disculpas... otra vez. Pero al final, esos arrepentimientos apresurados no le salvaron el puesto.

A pesar de la incesante repetición de la palabra "diversidad" en las universidades, la trágica realidad es que el mundo académico es uno de los sitios más intolerantes en Estados Unidos cuando se trata de diversidad de ideas. Ni siquiera el presidente de Harvard puede atreverse a salirse de la pauta marcada.

Los padres pagan una cantidad de dinero con la que podrían vivir familias enteras, todo para que sus hijos sean "educados" en las instituciones académicas más selectas, donde se les explica sólo uno de los lados de la discusión de toda una serie de temas, siendo la raza y el sexo sólo dos de ellos.

Aún si cada conclusión con las que indoctrinan a los alumnos fuese cierta, a menos que esos estudiantes desarrollen por su cuenta la habilidad para contrapesar argumentos contrapuestos, su paso por la universidad no les servirá de nada pues estas conclusiones se harán obsoletas a medida que surjan nuevos temas en los años venideros. Esta gente "educada" no habrá desarrollado la capacidad de analizar todos los aspectos a confrontar en cada tema.

Los alumnos están recibiendo la mitad de una educación a precios inflados y aprendiendo sólo cómo catalogar, rechazar y demonizar las ideas que difieren de lo que les han llevado a creer. Su "educada" ignorancia es un peligro para el futuro de este país.

©2006 Creators Syndicate, Inc.
* Traducido por Miryam Lindberg

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