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Thomas Sowell

Un fiscal que intenta salvar su pellejo

Permitirían que un uso abusivo de los poderes que tienen los fiscales, publicitado a nivel nacional, se quedara sin castigo, animando a otros fiscales a lo largo y ancho del país a pensar que pueden hacer lo que quieran con impunidad.

Como predije en una columna del pasado mayo, el fiscal del distrito Michael Nifong no llevará a juicio el caso de "violación" de la Universidad de Duke, al menos como caso de violación. Su última añagaza consiste en desestimar el cargo de violación y mantener los cargos relacionados con ésta contra los estudiantes acusados.

Esto sucedió poco después de que el director del laboratorio de ADN prestase testimonio bajo juramento el 15 de diciembre, diciendo que había ADN de otros varones, pero no de los estudiantes de Duke, sobre la stripper que acusa de violación a los estudiantes, y que tanto Nifong como él lo sabían desde hace meses, pero decidieron mantenerlo en secreto en violación de las normas.

¿Con qué deja eso a Nifong? Con las múltiples declaraciones, inconsistentes y en ocasiones mutuamente contradictorias, de una mujer con antecedentes cuya compañera stripper en la fiesta de Duke contradice su versión.

Las pruebas de las que disponemos también señalan en la dirección de la exculpación. No me refiero tan solo a las pruebas de ADN, sino también a la imagen de una cámara de vigilancia de un banco que muestra a uno de los acusados sacando dinero de un cajero automático en el preciso momento en que se suponía que estaba violando a la stripper.

¿Por qué no desestimar simplemente todos los cargos, como han solicitado los abogados de los estudiantes al fiscal Nifong? Pues porque Nifong no puede permitirse desestimar los cargos. Del mismo modo que este caso se convirtió en la salvación de su carrera, permitiéndole ganar el voto negro con acusaciones inflamables contra estudiantes blancos acusados de violar a una mujer negra, podría marcar ahora el final de la misma, a la vista de las acusaciones en contra suya por mala praxis que podrían conducir a su destitución e incluso a su procesamiento criminal por obstrucción a la justicia. Nifong está, por tanto, montando un caballo salvaje del que no puede apearse sin más.

Los cargos que mantiene contra los estudiantes de Duke podrían ser su salvación, incluso aunque nunca llegara a demostrar una sola de las acusaciones frente a un jurado. Es un viejo truco: aunque no tenga evidencias como para condenarlos, basta con que los estudiantes sean persuadidos para llegar a un trato declarándose culpables de algo que tenga una pena escasa para que así pueda salir bien parado ante la atención pública. Nifong podría así afirmar que, en realidad, tenía base para procesarlos, cuando en realidad jamás tuvo absolutamente nada.

Si la cosa va a peor, el fiscal podría llevar el caso ante un tribunal, esperando que al menos uno de los doce jurados esté tan repleto de resentimiento racial como para rechazar declararlos inocentes. Un jurado incapaz de llegar a un veredicto puede salvar a Nifong de ser condenado por procesarlos sin pruebas.

Nuestra esperanza está en que los estudiantes de la Universidad de Duke no se rindan, pese al dinero que todo este proceso le está costando a sus familias, empezando por una fianza que les han impuesto y que está muy por encima de la que se fija para acusados por asesinato en la misma jurisdicción. Si "confiesan" incluso de algo que sólo les suponga libertad condicional o unas cuantas horas de servicio a la comunidad, el estigma les perseguirá mientras vivan y marcará su vida personal y su carrera profesional.

Sobre todo, permitirían que un uso abusivo de los poderes que tienen los fiscales, publicitado a nivel nacional, se quedara sin castigo, animando a otros fiscales a lo largo y ancho del país a pensar que pueden hacer lo que quieran con impunidad. Y es que lo que lo que le suceda a Nifong va más allá del propio Nifong, del mismo modo que lo que les suceda a estos estudiantes de la Universidad de Duke tiene muchísima más importancia que su futuro.

Nifong no solamente ha tomado por idiotas a los votantes negros. También se ha visto ayudado por las estúpidas reacciones de los progresistas de los medios y las universidades, que empezaron a denunciar a los estudiantes a bombo y platillo desde que se presentaron cargos en su contra.

La temporada entera del equipo de lacrosse de Duke fue cancelada y su entrenador despedido. Cifras significativas de profesores de Duke publicaron un anuncio, alineándose contra los estudiantes. El New York Times encabezó los ataques mediáticos contra ellos. La sede local de la NAACP se unió a la atmósfera de linchamiento, lo que no deja de ser una dolorosa ironía, a la luz de la historia.

Una atmósfera de reacciones impulsivas como las de Duke siempre será explotada por los demagogos. Nuestra vulnerabilidad ante tales manipulaciones es la mayor tragedia de este sórdido y doloroso episodio. El fiscal del distrito Nifong no ha sido el primero ni será el último de los demagogos en explotar esa candidez.

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