Menú
Thomas Sowell

Un proceso cínico II

El inversor político con experiencia en Washington dice que una elevada tasa de paro augura una derrota en las urnas al presidente. Pero la historia dice que la gente que recibe ayudas del Estado tiende a votar a cualquiera que envíe la ayuda.

Un pequeño titular interior del Wall Street Journal la pasada semana plasma una noticia más relevante que la mayoría de los titulares de la sábana de portada. Reza: "Empresas norteamericanas crean empleo, pero en el extranjero en su mayor parte".

Igual que nadie da duros a cuatro pesetas, no hay lucha de clases que salga gratis. Cierta gente puede sentirse inspirada por las charlas del presidente Obama acerca de hacer que "las rentas altas" tributen su "justa parte" indefinida, o sobre eliminar "los privilegios fiscales" de las multinacionales. Pero hablar no siempre es gratis. Puede salirle muy caro a los que buscan ocupar los empleos que las políticas de la administración Obama contra el sector privado deslocalizan al extranjero.

Según el Wall Street Journal, "35 grandes multinacionales radicadas en Estados Unidos crearon empleo mucho más rápido que las demás empresas durante los dos últimos años, pero prácticamente las tres cuartas partes de los puestos de trabajo fueron creados en el extranjero". Todas esas empresas tienen plantillas de al menos 50.000 trabajadores, de forma que estamos hablando de un montón de puestos de trabajo que van a los extranjeros que trabajan para empresas norteamericanas en ultramar.

Si el Wall Street Journal sabe determinar esto, parece seguro decir que el Presidente de los Estados Unidos tendrá asesores económicos que saben determinar esto mismo. Pero eso no significa que al presidente le interese lo mismo.

En esto, como en tantas otras cosas, a Barack Obama le interesa Barack Obama. Con independencia del efecto nocivo que sus políticas puedan surtir sobre el prójimo, esas políticas acarrean un éxito político demostrado a muchos políticos en muchos lugares.

Hablando en plata, matar la gallina de los huevos de oro constituye una estrategia política viable, suponiendo que la gallina no muera antes de las elecciones siguientes. En este caso, la gallina simplemente está poniendo huevos de oro en otros sitios, de forma que no reviste ningún riesgo político para el presidente Obama.

El paro puede seguir siendo un problema para muchos estadounidenses, pero eso solamente representa otra excusa para que la administración Obama manifieste "su compasión" con pensiones por desempleo ampliadas para los parados de larga duración, más ayudas alimentarias y diversas intervenciones para salvar del desahucio a los hipotecados. Esto constituye fácilmente una estrategia política ganadora.

Franklin D. Roosevelt se hizo con su mayor victoria histórica tras su primera legislatura, durante la cual la tasa de paro nunca bajó del doble de la registrada con Barack Obama.

El inversor político con experiencia en Washington dice que una elevada tasa de paro augura una derrota en las urnas al presidente. Pero la historia dice que la gente que recibe ayudas del Estado tiende a votar a cualquiera que envíe la ayuda.

La administración Obama ha convertido esto en un estado de ayudas sociales que supera cualquier récord previo. La retórica cogida con alfileres sobre "estímulos", "proyectos de construcción adjudicados", "empleo verde" o "inversión pública" en "los sectores del futuro", todo proporciona cobertura política a lo que son ayudas públicas de las de toda la vida a las personas con probabilidades de votar a favor de reelegir a Obama.

A nivel local en la misma medida, los precedentes demuestran que parte de los políticos de mayor éxito han sido personas que arruinaron las arcas locales y alejaron a las empresas creadoras de empleo. El edil de Chicago Coleman Young en los 70 y los 80 no estaba preocupado cuando los blancos acomodados empezaron a abandonar el municipio en respuesta a sus políticas, porque se trataba de gente que era probable que votase en su contra caso de quedarse.

Por supuesto se llevaron sus impuestos, sus inversiones y el empleo que creaban. Pero eso era problema del municipio de Detroit, no del edil Coleman Young. Barack Obama puede hacerse con la reelección convirtiendo Estados Unidos en una versión a gran escala de Detroit.

Algo parecido ha sucedido con anterioridad, cuando el edil de Boston James Michael Curley cumplió cuatro legislaturas como alcalde, y dos penas de cárcel. Como en el caso de la izquierda no irlandesa del municipio, que en respuesta a las políticas del alcalde Curley elevaba las probabilidades de que Curley fuera elegido.

Esta clase de cálculo político cínico tiene todavía más números para salir rentable cuando los rivales políticos no articulan sus argumentos de cara a la opinión pública. Y los Republicanos son famosos por descuidar la exposición pública.

La fórmula "bajadas tributarias a las rentas altas" ha sido repetida incesantemente por los legisladores Demócratas sin que tenga conocimiento de que un solo Republicano haya dicho: "Oiga, a mí los problemas fiscales de los multimillonarios no me quitan el sueño. Los multimillonarios tienen abogados y contables remunerados para perder el sueño. Pero sí que me preocupa el empleo perdido por millones de estadounidenses porque nosotros agravamos el clima empresarial nacional más que otros países. Ése es el elevado precio a pagar por la retórica".

Las razones se pueden exponer. Pero alguien tiene que exponerlas.

© 2012, Creators Syndicate Inc.

En Internacional

    0
    comentarios
    Acceda a los 1 comentarios guardados