Pasó lo que debía pasar tarde o temprano: Washington se enteró, por fin, de la verdad, de lo que representa el régimen ucraniano. Las grabaciones entregadas a la CIA por un guardaespaldas renegado del presidente, Leonid Kuchma, demuestran que éste último dio su beneplácito para la venta a Irak de radares tipo “Kolchuga” (cota de malla). Serán muy útiles para Sadam a la hora de abatir los aviones aliados. Esta información ha hecho que Estados Unidos congele su inmensa ayuda al régimen ucraniano, unos 54 millones de dólares destinados este año, y amenazarle con más sanciones.
Engañado por las declaraciones de Kuchma de que su país es amigo de Occidente y está dispuesto a entrar en la OTAN, Estados Unidos convirtió a Ucrania en el primer objetivo de su ayuda dentro de los países de la antigua Unión Soviética. Y no sólo Estados Unidos. Según los datos oficiales, España tampoco escatima su dinero para mantener las “reformas democráticas prooccidentales” anunciadas por este régimen. Así, la Agencia Española de Cooperación Internacional entregó a Ucrania el año 2000 unos 966.902, 82 euros (la ayuda a Rusia este mismo año fue de unos 300.000).
¡Qué ingenuos somos! ¡Qué poca atención prestamos a la realidad y a la gente que intenta en vano darnos a conocer esta realidad! Mientras tanto, para enterarse de la verdadera situación en Ucrania y de la política de su presidente no se necesitan los 138 millones de euros dedicados a los agentes del Centro Nacional de Inteligencia, ni desplazarse a aquel lejano país. En España ya se encuentran unos 300.000 ucranianos, por lo menos, del total de 7 millones (sobre 50 millones de la población de Ucrania) que huyeron últimamente de su patria y de las “reformas” kuchmanianas. Y cada uno puede aportar su experiencia sobre la “democracia” ucraniana.
Es de destacar también que las grabaciones secretas hechas por el capitán Nikolai Melnichenko se encuentran en Estados Unidos desde hace dos años. ¿Tanto tiempo ha sido necesario para comprobar su autenticidad? Tampoco Occidente hizo caso a las grabaciones reveladas el año pasado por el mismo guardaespaldas que confirmaban la participación personal de Kuchma en el macabro asesinato del periodista opositor Georgui Gongadze. La ayuda internacional seguía sin parar.
Por supuesto, sin la ayuda externa, Kuchma no aguantará mucho, acosado por la oposición tanto de derecha como de izquierda. La verdad es que tiene muy poco apoyo dentro del país. Sus partidarios son sólo unos funcionarios corruptos que viven gracias a que el régimen les deja hurgar en las arcas del Estado como en sus propios bolsillos. Unas arcas que se llenan, de vez en cuando, con el dinero americano, español y de otros países donantes que no encuentran mejor sitio para su beneficencia.
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