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Víctor Cheretski

Las mentiras georgianas

Por supuesto, no hay ni una sóla palabra de verdad en las tranquilizadoras declaraciones de los responsables georgianos. Acabamos de comprobar a través de nuestras propias fuentes en Tbilisi que, hasta el momento, no se conoce nada del paradero de los dos españoles. Tampoco se llevan a cabo investigaciones policiales para recuperarles.

No nos extraña esta situación. Las autoridades georgianas, simplemente, no controlan su propio país, hundido en una profunda miseria y caos y dominado por bandas paramilitares. Georgia no tiene medios para organizar una búsqueda en condiciones.

Lamentamos lo de nuestros compatriotas. Lamentamos también la ausencia en nuestro país de suficiente información sobre los lugares inseguros del mundo. Unos datos que permitirían a nuestros empresarios pensar un poco antes de meterse en la boca del lobo.

Pero lo que nunca comprenderemos es el empeño de las autoridades georgianas de intentar persuadirnos, a lo largo de los últimos seis meses, de “avances” en sus “intensas” investigaciones. Dicen lo mismo cada vez que se les pregunta sobre el destino de los rehenes.

Tampoco entendemos lo que significa la implicación de los servicios secretos rusos que impiden una rápida investigación. Nos parece una cínica justificación de la impotencia. Lo han reiterado decenas de veces, sin molestarse en explicar en qué consiste el papel de los servicios rusos.

Mientras tanto, se sabe que Rusia está en guerra contra los separatistas chechenos, que son quienes retienen, entre otros rehenes, a los dos españoles. Al mismo tiempo, de sobra se conoce que los que están compinchados con la guerrilla son las mismas autoridades georgianas. Los chechenos utilizan el territorio de Georgia como su retaguardia para curar las heridas de sus combatientes y transportar el material bélico enviado por Usama Bin Laden.

Esta es la verdad. Y las fuentes, palabra de honor, son más que buenas.

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