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Víctor Cheretski

Las revelaciones del inspector Vivas

Lo que nos revela el inspector Fernando Vivas lo sabe en Rusia cualquier “chorizo” de poca monta, sin contar, por supuesto, a los peces gordos de la mafia. España es un paraíso para blanquear el “dinero negro”. Sea por su legislación o por la avaricia de sus entidades bancarias, no cuesta ningún trabajo blanquear en la península el dinero traído del Este. Y para eso no hace falta montar “redes clandestinas” o recurrir a operaciones inmobiliarias, como señala el inspector. Todo el esfuerzo consiste en abrir una cuenta bancaria en pesetas o en dólares. Además, siendo no residente, no pagas impuestos.

No hay que ser ningún profeta o experto policial para entender que tras el dinero “sucio” está la gente poco limpia: los mafiosos, los bandidos y asesinos. Sus dólares no se encuentran en España por casualidad. Fueron sacados ilegalmente de Rusia en los años 90 porque los mafiosos siempre sabían que tarde o temprano el “chollo” en su propia patria se les acabaría junto con el régimen criminalizado del antiguo presidente, Boris Yeltsin. El nuevo mandatario, Vladímir Putin, está limpiando su país de la escoria humana con mano de hierro. ¿Dónde se refugia esta escoria? Por supuesto, en el sitio donde ya tiene su dinero bien limpio y, en muchas ocasiones, su segunda residencia.

Y la última pregunta. ¿A qué se dedicarán estos elementos cuando se les acabe el dinero robado en Rusia? Por supuesto, a lo que saben hacer: robar, extorsionar, atracar y matar. Quizá entre sus víctimas pronto figuren los bancos que, con tanta facilidad, blanqueaban su dinero a lo largo de estos últimos años.

Mientras tanto, en otros países de Europa no pasa lo mismo. En Alemania, por ejemplo, a los rusos se les pide un certificado sobre la procedencia de su dinero y se les avisa de que la información sobre sus depósitos puede ser entregada a los órganos competentes de Rusia. No es tan difícil tomar una medida similar a la de Alemania. Disuadiría a algunos de ingresar su dinero negro –y manchado de sangre– aquí, ¿verdad?

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