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Víctor Cheretski

Los Fariseos kremlinianos

La decisión de la fiscalía rusa de investigar la “mala conducta” de los “sonderkomandos” putinienses durante una de las múltiples “limpiezas” en Chechenia no merece, en principio, ni una línea de comentario, ya que es un acto cien por cien propagandístico. Pero la amplia repercusión positiva que ha tenido esta iniciativa en la prensa internacional nos obliga a aportar algunos datos para que quede claro: se trata de la maniobra de turno para engañar a la opinión pública mundial preocupada por la dramática situación de los derechos humanos en Chechenia.

Primero, recordaremos que la “voluntad” de las autoridades rusas de investigar los desmanes de su tropa en la república caucásica ya se han manifestado en decenas de ocasiones. Normalmente no coincide con los crímenes de guerra cometidos por algún que otro militar concreto, lo que sería lógico, sino con informes de organizaciones internacionales de los derechos humanos sobre Chechenia y las reuniones europeas dedicadas al mismo asunto. Ahora coincide, por supuesto, por “pura casualidad”, con el debate de la Asamblea Parlamentaria de la OSCE sobre la situación chechena.

Los anteriores casos cayeron en saco roto a pesar de las promesas de los fiscales -por supuesto, sometidos a la voluntad del Kremlin- de castigar a los culpables. Así que no sabemos nada de los autores de la matanza de centenares de civiles chechenos en un zona de veraneo cercana al aeropuerto de Jankalá. Ni siquiera hay datos sobre la cantidad de cadáveres extraídos de las fosas comunes. Otro caso morboso, el del coronel Yuri Budánov, violador y asesino de una chechena de 18 años, tuvo un final muy “original” tras las investigaciones de más de un año. Ahora resulta que fue la misma jóven quien agredió al coronel sexualmente y éste tuvo que matarla en defensa propia. A ciertos responsables políticos, esta conclusión de la justicia no le ha parecido demasiado adecuada, y por eso Budanov se encuentra actualmente en un psiquiátrico de donde saldrá próximamente, de eso no hay duda, con el diagnóstico de “enfermo” y con una buena pensión para lo que le resta de vida.

No dudamos de que la fiscalía “cumplirá” con su palabra en el último caso de “limpieza” en dos poblados chechenos. Seguramente, van a detener a un par de sargentuchos por arrestar ilegalmente, torturar, robar y humillar a alguna familia chechena. Se extrañarán porque total hacían su trabajo de cada día, cumpliendo las órdenes de sus superiores, sometidos, por su parte, a la voluntad política del Kremlin. Alguien tiene que pagar por los platos rotos, para que la imagen de la dirección del país, especialmente, de su presidente, Vladímir Putin, quede limpia. En cuanto a los militares acusados tampoco van a desempeñar su papel de chivo expiatorio durante mucho tiempo. No hay duda de que su caso será archivado dentro de unos meses por “falta de pruebas” o alguna otra razón.

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