Tristes y muy alarmantes noticias nos llegan desde Oriente Medio: el embrión de la paz, en la incubadora desde que apareció hace unos 9 años, está de nuevo en peligro. Una rebelión, una “intifada” y hasta una guerra; todo es posible. Mientras los políticos estadounidenses y europeos buscan medicinas y balones de oxígeno para salvar la situación, nos preguntamos si, en general, es posible cualquier tipo de acuerdo de paz entre palestinos e israelíes en las circunstancias actuales. Y si es posible, ¿será duradera esta paz?
Lo que nos hace reflexionar, en este sentido, es el motivo que provocó la tensión de estos días. Ha sido la visita de Ariel Sharón al Monte del Templo, que fue considerada por los integristas islámicos como una “provocación”. Sharon se opone a que Jerusalén Este sea devuelto a los árabes. Pero, ¿de verdad la visita de una persona, sea mala o buena, al lugar sagrado de su propia religión puede considerarse como una provocación, un motivo para una verdadera guerra? Porque el Monte del Templo no pertenece sólo a los musulmanes, es también de los judíos y de los cristianos. Es el sitio del Templo de Salomón, construido más de 1.500 años antes de que naciera el Islam, y es el sitio, como sabemos, visitado por Jesucristo. ¿Qué será considerado mañana como provocación? ¿Cúal será el motivo de los próximos disturbios? ¿Puede haber paz en el actual ambiente de intolerancia religiosa, peor que en los tiempos de Saladino?
Y otra pregunta que nos hacemos estremecidos por las imágenes de la televisión: ¿Por qué tantas víctimas inocentes entre los palestinos? ¿Por qué tantos niños y mujeres muertos? ¿Será porque la contestación de los israelíes a la insurección árabe es desmesurada? ¿O será también porque los extremistas palestinos armados aplican sus tácticas de siempre: utilizan a los niños y mujeres como escudo humano para acercarse con sus “kalashnikov”a las filas israelíes?
Y hay aún más preguntas: ¿Será posible esta paz si miles de palestinos militan en las organizaciones armadas tipo “Hamas” o “Jihad Islámica”, que actúan legalmente en los territorios palestinos y preconizan abiertamente un nuevo holocausto y la destrucción de Israel? De todas formas, ¿no sería mejor que, antes de firmas cualquier tipo de paz, los gobiernos israelí y palestino actúen de forma adecuada para que no haya tanto extremismo y que haya más respeto mutuo entre los dos pueblos?
En Opinión
Servicios
- Radarbot
- Libro