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Víctor Cheretski

Somalia, posible refugio de Ben Laden

El Consejo de Seguridad de la ONU pidió, hace un par de semanas, una misión para “evaluar la seguridad en Somalia”. Y es que en el mundo hay temores de que Somalia pueda convertirse en un nido del terrorismo internacional, igual que Afganistán. Incluso el terrorista más buscado del mundo, Osama ben Laden, podría elegir este país como su próximo refugio, ya que cuenta allí con numerosos partidarios.

Hoy en día, el territorio de Somalia está repartido entre diferentes “señores de la guerra” o jefes de clanes rivales. El llamado Gobierno Transitorio Nacional, establecido el año pasado tras una década de caos, controla una mínima parte del país. También se sabe que una poderosa alianza de los “señores de la guerra”, llamada Consejo de Reconciliación y de Restauración, no reconoce la autoridad de este gobierno.

El caos empezó hace diez años. En el contexto del fin de la guerra fría, una crisis económica y el descontento generalizado, el dictador Ziad Barré fue derrocado por la oposición: el Congreso Somalí Unido. Pero dentro del mismo Congreso surgieron muchas divergencias, especialmente entre el nuevo presidente, Ali Mahdi Mohamed, y su principal rival, el general Mohamed Farrah Aidid.

Después de dos años de guerra civil y total anarquía, Somalia continuaba sin autoridad central. La ayuda humanitaria internacional no llegaba a la población, que padecía hambruna debido a la sequía. Un millón y medio de habitantes, o sea, la cuarta parte de la población, abandonaron el país.

En la prensa internacional se recuerda ahora, con relación a los sucesos en Afganistán, la misión de la ONU en Somalia protagonizada por Estados Unidos en 1993. Se trataba de un contingente de 28.000 soldados que debían asegurar el flujo de alimentos para la población. También debían garantizar el proceso de desarme de las facciones que firmaron previamente un acuerdo de paz en Addis Abeba. A pesar de su carácter humanitario, esta misión no fue bien recibida en Somalia. Se produjeron choques armados entre las fuerzas de Aidid y los soldados estadounidenses. La orden de busca y captura dictada contra este líder somalí nunca fue ejecutada y las tropas de Estados Unidos tuvieron que retirarse, ante el miedo a estar involucradas en un prolongado conflicto bélico.

Mientras tanto, en los últimos años hubo varios intentos de llegar a una reconciliación nacional. Tras la salida de las tropas de la ONU, Farah Aidid y Ali Mahdi firmaron un nuevo pacto de alto el fuego. Pero los esfuerzos por la paz no prosperaron. La situación tampoco cambió tras la muerte de Aidid, en 1996. El país seguía en manos de los “señores de la guerra”, como por ejemplo el tristemente célebre “general Morgan”, yerno del ex-dictador Barré, o el no menos “famoso” general Omar Jess.

Finalmente, se produjo una conferencia de reconciliación de la que salió, en agosto del año pasado, un gobierno de transición. La comunidad internacional reconoció este gobierno. Pero esta autoridad nunca ha sido reconocida por muchos clanes que controlan más de la mitad del país, especialmente por el llamado Consejo Somalí de Reconciliación y Restauración. Tiene su sede en la ciudad de Baydabo, donde se encuentra su respectivo gobierno alternativo al de la transición.

En un nuevo intento de reconciliación, el presidente provisional, Abdiqasim Salad Hasan, destituyó hace poco al primer ministro y a su gobierno para abrir un nuevo diálogo con los clanes rivales. Se sabe también que el presidente organizó una reunión en Nairobi con una parte de los jefes de estos clanes, pero los “señores de la guerra” más importantes, sobre todo los del Consejo de Reconciliación, no participaron en esta reunión y organizaron un encuentro alternativo en Etiopía.

Mientras tanto, los especialistas pronostican otra gran hambruna en Somalia, ya que no ha llovido ni en primavera, ni en otoño. Necesitan ayuda más de 300.000 personas.

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