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Víctor Cheretski

Un favor al Kremlin

Hay personas que pensarán que la decisión de la Sala de lo Penal de no extraditar al polémico “oligarca” ruso-judío, Vladimir Gusinski, pueda causar malestar en las buenas relaciones entre España y Rusia. Hay que recordar que esta decisión se produce sólo un mes antes de la visita del presidente Aznar a Moscú.

Los que sí estarán descontentos por la decisión española son los comunistas y nacionalistas rusos, que ven en la figura de Gusinski un cierto símbolo del liberalismo de la época del antiguo presidente, Borís Yeltsin, al que odian, y por ello piden venganza.

En cuanto al Kremlin, los dirigentes rusos no deben tener ahora muchas razones para insistir en la entrega del magnate. Su imperio informativo ya está completamente destruido. La televisión NTV, crítica con el poder, está amordazada. El periódico “Segodnia” ha sido cerrado, igual que la revista “Itogui”. Otra televisión, la TNT, y la emisora de Radio “Eco de Moscú” se ven acosados y a punto de rendirse a las autoridades. Todo el acoso, por supuesto, se realiza bajo el pretexto de “mala gestión económica”.

Así que Gusinski no representa, hoy en día, ningún peligro para el poder ruso, tal y como lo era hace un par de meses. Ahora, su posible extradición, el encarcelamiento y su juicio en Rusia, sólo podrían complicar las cosas para el Kremlin, proporcionarle a Gusinski una imagen de mártir y suscitar protestas internacionales, en especial de Estados Unidos y de Israel. Un Gusinski libre, refugiado en Occidente, no interesa a nadie.