El calendario ha sido benévolo con España. Un rival complicado tras la derrota ante Francia podría ahondar en la herida, en la desconfianza generada por dos derrotas consecutivas (si contamos la de EE.UU.). Pero Nueva Zelanda parece a priori una víctima propicia para recuperar sensaciones. Sin embargo, tampoco hay lugar a la relajación. Ya en el primer partido, Nueva Zelanda puso en aprietos a toda una Lituania durante los tres primeros cuartos. No en vano, su clasificación para este Mundial llegó tras proclamarse campeón de Oceanía, lo que implica derrotar a la potente Australia de Maric, Andersen y Nielsen.
¿Quién es Nueva Zelanda?
Es el equipo de Kirk Penney, un clásico de las primeras fases de los Mundiales, un magnífico alero anotador que en el debut ante Lituania se fue hasta 37 puntos, pese a un pobre 1 de 9 en triples. Tampoco conviene perder la pista de Mika Vukona, el otro baluarte del conjunto oceánico, que firmó un notable debut con 19 puntos y 9 rebotes.
Tres claves para España
La confianza de los suplentes. Scariolo debe rotar el banquillo, confiar en los recambios como no hizo ante Francia. De lo contrario, el quinteto se cargará de minutos y el Mundial se hará demasiado largo.
La dirección de Ricky. El base del barcelona estuvo nublado ante Francia, junto cuando más se le necesitaba, dada la lesión de Calderón. Debe dar un paso al frente,
Dominio en la pintura
Marc, Felipe y Fran se vieron superados por los atléticos pívots franceses en el debut. Nueva Zelanda no tiene argumentos interiores para frenarles.