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Víctor Gago

Vuelo privado a El Aaiún

La responsabilidad política deja de ser una restricción y se convierte en un simple conmutador de intereses, que se activa a conveniencia. Ahora soy delegado del Gobierno, ahora soy un hombre de negocios

La escapada a El Aaiún del delegado del Gobierno en Canarias forzó una explicación de Exteriores, que no fue advertido por el viajero. José Segura Clavell dijo tener un interés privado en el vuelo inaugural de la ruta abierta por Binter entre Canarias y El Aaiún. No consultó a sus superiores porque, según dijo, su interés en la expansión comercial a la antigua colonia española es personal, no público, de ahí que aceptara la invitación de la aerolínea privada y se enrolase en la pionera expedición, formada por empresarios y periodistas.
 
La versión de Segura funda una curiosa doctrina: como gobernante no puede permitirse ciertas iniciativas, pero como persona interesada en los negocios, sí. El interés privado se convierte en un refugio para practicar con transparencia todo lo que, desde la perspectiva del interés público, resultaría escandaloso. La responsabilidad política deja de ser una restricción y se convierte en un simple conmutador de intereses, que se activa a conveniencia. Ahora soy delegado del Gobierno, ahora soy un hombre de negocios.
 
Sorprende la naturalidad con la que se ha aceptado esta explicación ventajista, que abre sospechas allí donde quiere tapar inconvenientes. Si lo privado puede ser cualquier cosa, incluso mezclarse con otros intereses privados, y lo público es sólo lo que queda después de haber atendido la jornada particular, el Gobierno no necesita un código de buenas prácticas, sino uno de esos manuales de éxito sin escrúpulos en los negocios.
 
Un gobierno tan preocupado por la separación de lo público y lo privado en la conducta de los demás aparece fomentando la responsabilidad pública a tiempo parcial de sus altos cargos. El ministro de Justicia ha venido insistiendo en que los gobernantes de Canarias son un mal ejemplo de confusión de intereses particulares y generales. López Aguilar pensaba en los gobernantes de otros partidos y en la magnífica oportunidad que da el poder para aplicar la inversión socialista de la justicia: primero la sentencia y luego el delito. La escapada de José Segura a El Aaiún ha trastocado ligeramente el orden de los factores. Aunque el producto siga siendo el de siempre.

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