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Víctor Llano

La mala química

Nadie sabe lo que ocurrirá en Cuba cuando los negreros que le proporcionan la mano de obra ya no puedan esclavizar a sus empleados. Los cubanos han demostrado que la miseria no afectó a su memoria.

Según el último número del Magazine del diario El Mundo, en el imperio de Gabriel Escarrer jamás se pone el Sol. No serán los cubanos quienes lo nieguen. Lástima que no puedan reconocerle otros méritos. Lo que sobra en Isla Cárcel es Sol. Y lo que falta son derechos laborales. Sol Meliá co-gestiona 26 hoteles en los escombros que rodean las más de doscientas cárceles. Propiedad que comparte con los esclavistas que deciden quiénes pueden trabajar para ellos y para Escarrer. Y no por un salario justo. Por la propina en dólares que les llega de los extranjeros que son capaces de disfrutar de los logros del apartheid castrista.

No nos sorprende que Escarrer congeniara con Fidel Castro nada más conocerle. Lo suyo es pura química. Más que amor frenesí. Sólo así se entiende que los dos insistan en la patraña del embargo que jamás existió. Escarrer confía en que Barack Obama le llene los hoteles con jubilados estadounidenses. Y tal vez lo haga. Puede que entonces el mallorquín logre neutralizar parte de la crisis que afecta a su imperio. Lo que jamás alcanzará será el afecto de las víctimas de sus siempre mayoritarios socios. Quizás alguien que no le quiera mal le aconseje que antes de que desaparezca la tiranía traslade todos sus negocios a China. Nadie sabe lo que ocurrirá en Cuba cuando los negreros que le proporcionan la mano de obra ya no puedan esclavizar a sus empleados. Los cubanos han demostrado que la miseria no afectó a su memoria.

Mejor no lo olvidan. Los que corrieron en ayuda del tirano cuando más los necesitabase equivocan si confían en que su heredero podrá heredarle. No siempre van a ganar los esclavistas. Volveránmuchos de los que huyeron. Cuando regresen no permitirán que los socios de sus verdugos mantengan la ventaja que les concedió la mala química que compartieron con el que ya no estará y que por el momento les permitiría alojar aAna Belén y a Víctor Manuel. Con un poco de suerte podrán disfrutar de una habitación desde la que poder divisar alguna de las más de doscientas cárceles. No nos cuesta mucho imaginar la escena. La madrileña se demorará en la ducha y el asturiano la esperará en el balcón tarareandola canción que compuso en honor de Francisco Franco.

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