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Víctor Llano

Las papeletas de Zaldívar y de Estrella

De él dependen muchos votos. Confiemos en que su mala memoria no le impida cumplir con su deber como embajador de España y no de Moratinos.

Mientras Obama, mejor con turbante, quiere reunirse con Raúl; Fidel, ya siempre con chándal, sueña con no morir sin antes llamarle a la Casa Blanca y pedirle un billete de diez dólares con el que envolver el rosario que bajó de Sierra Maestra. El coma-andante siempre sintió un desmedido afecto por la moneda de la potencia enemiga. No por gusto es el máximo líder de los cuatreros multimillonarios. Sin embargo, también en esta ocasión lo tiene muy difícil. Lo más probable es que él reciba a la muerte antes que la Casa Blanca a un nuevo inquilino. Ni Roosevelt le regaló 10 dólares cuando con 12 años se los pidió, ni Obama y su turbante alcanzarán a regalárselos ahora. Es lo que tiene el tiempo. Insiste en pasar incluso para los asesinos en serie.

En cualquier caso, a las víctimas de la tiranía castrista les preocupa que un personaje del "talante" de Barack Obama, tan parecido al de Zapatero, pueda, como presidente de Estados Unidos, recibir a Raúl Castro. Pero mejor no adelantar acontecimientos. Antes se celebrarán elecciones en España. Ahora toca preguntarse por las papeletas electorales que Carlos Alonso Zaldívar ha puesto o no a disposición de los españoles que decidan votar en la embajada de España en la isla de las trescientas cárceles. Pocos o muchos, nos interesa conocer a quiénes votaron y si pudieron votar a todos los candidatos. A todos. También a los de Ciudadanos y a los de UPyD.

Otro embajador del que pueden depender muchísimos votos es de Rafael Estrella. Viejo conocido nuestro y ahora al frente de nuestra embajada en Buenos Aires. Como portavoz del PSOE en la Comisión de Asuntos Exteriores defendió el diálogo con los verdugos de cientos de miles de españoles. Y es que Estrella estuvo en casi todas. Por ser fue hasta presidente de la Asamblea de Parlamentarios de la OTAN. Un tipo muy bien informado. Tan bien informado que en el octubre de 2001 aseguró a la revista Tiempo que parecía evidente que ETA estaba conectada con el terrorismo islámico y que los servicios de información tenían noticia de ello.

A Estrella le molesta que se lo recordemos. Pero dijo lo que dijo. Y ahora está donde está. Siempre bien colocado. De él dependen muchos votos. Confiemos en que su mala memoria no le impida cumplir con su deber como embajador de España y no de Moratinos. Zaldívar lo tiene más fácil. No serán muchos los españoles que le pidan una papeleta electoral. Bastante tienen con "resolver" para no llegar a la noche sin probar bocado, pero si alguno quiere votar –aunque se trate de un disidente al que prefieren no ver por nuestra embajada en La Habana– ha de tener acceso a todas las listas. ¿O no, don Carlos? Pronto saldremos de dudas.

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