Zapatero insiste en simular que confía en que la tiranía castrista acabe respetando un mínimo de derechos humanos. Nos anuncia una reunión en Madrid para el próximo 11 de febrero. Puro teatro. Al Gobierno español le consta que nada importante puede cambiar en la isla de los cien mil presos mientras sus interlocutores no sean más que carceleros de la peor especie.
Es cierto que a los agentes del régimen les complace que Zapatero y Moratinos no distingan entra víctimas y verdugos y que prefieran reunirse con ellos antes que con los disidentes, pero de ahí a respetar los derechos humanos media un mundo de más de trescientas cárceles. Sólo gracias a ellas pueden viajar a Madrid, presentarse como interlocutores válidos y simular que hacen política cuando no son más que correveidiles de asesinos en serie.
Tras casi cuatro años de traiciones del Gobierno socialista, a los disidentes les consta que no pueden esperar nada bueno de José Luis Rodríguez Zapatero. Prefieren ignorarlo y dirigirse directamente al Jefe del Estado:
Don Juan Carlos haría bien en responderles. Los que le piden auxilio lo solicitan en nombre de millones de descendientes de españoles. Los que más sufren merecen respuesta. Necesitan un poco de esperanza. Zapatero pasará, pero tal vez no la Monarquía. El Rey y el Príncipe no pueden conformarse con que en Cuba piensen de ellos lo mismo que piensan del presidente por accidente.Majestad:
Primero que todo le presentamos nuestro respeto. Hemos decidido dirigirnos a usted, conociendo su vocación democrática y en virtud de que la Constitución Española, que usted sancionó ante las Cortes el 27 de diciembre de 1978, en su artículo 10.2, se refiere a la Declaración Universal de Derechos Humanos.
Somos un grupo de cubanos disidentes, que abogamos por la libertad de los presos políticos, y entre las acciones a las que convocamos está: "repartir ejemplares de la Declaración Universal de Derechos Humanos, al pueblo de Cuba, que la desconoce".
Como carecemos de los medios para acceder a un número considerable de ejemplares de este documento, que quisiéramos distribuir en las calles de nuestro país, solicitamos de usted, en la medida de las posibilidades, se nos suministre a través de la Embajada de España en La Habana, copias de la Declaración Universal de Derechos Humanos.
Dejamos en sus manos utilizar las alternativas que le resulten convenientes; y esperamos su comprensión por hacer pública esta solicitud.
Excelentísimo Don Juan Carlos, con la seguridad de que cuenta con nuestra más alta consideración y simpatía, le agradecemos por anticipado, lo que pueda hacer para ayudarnos en esta noble causa, en el año del Aniversario 60 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Atentamente,
Jorge Luis García Pérez "Antúnez"
Martha Beatriz Roque Cabello
