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Víctor Llano

Lo que nos faltaba

¿Por qué van a reprochar a Castro lo que jamás se reprocharon a sí mismos? Hacen lo que les corresponde. Lejos de denunciar sus crímenes, corren a financiarlos

El presidente del PSOE se reunió en La Habana con el verdugo de varias generaciones de descendientes de españoles. Hasta ahí la vergüenza se enmarca dentro de lo que cabe esperar de un partido que ha protagonizado la rendición de la Unión Europea ante la tiranía castrista; sin embargo, los socialistas no se conforman con vender a las víctimas y auxiliar a sus verdugos, necesitaban involucrar en su desatino al Jefe del Estado. Cuesta creerlo, pero según el Presidente de la Junta de Andalucía, él y el Monstruo de Birán, amarraditos los dos, hablaron, entre otros muchos temas, de la posible visita del Rey a la Isla de las doscientas cárceles y de los cien mil presos. ¿Cabe mayor ofensa a los cientos de miles de españoles víctimas de la tiranía?
 
La Casa Real ha desmentido a Manuel Chaves, pero por muchos mojitos que se tomara en el Palacio de Robulución o por muy fascinado que se sintiera por estar en presencia del Máximo Líder, no le creemos capaz de inventarse lo del viaje de su Majestad. Sin duda dentro de los planes de los socialistas está que tanto el rey de la selva como el Rey de España visiten la Prisión-grande en 2006. ¿Qué pensaríamos los españoles si Don Juan Carlos se entrevistara con Josu Ternera? Probablemente lo mismo que pensarán los cubanos si le ven abrazar a su verdugo. Ternera es un asesino de la peor especie, pero no más que Fidel Castro.
 
En enero de 2003 criticamos en Libertad Digital que el Príncipe de Asturias sonriera muy complacido al coma-andante en la toma de posesión de varios presidentes iberoamericanos: “Ya sabemos que los Borbones son por naturaleza simpáticos, pero una cosa es ser campechano y bromista, y otra muy distinta abrazarse con un gángster que ha robado a miles de españoles y fusilado a cientos de ellos. ¿De qué se reía Don Felipe cuando observaba cómo Chávez saludaba a Castro en presencia de Lula? ¿Dónde está la gracia? ¿Qué hacía el ya no tan joven Príncipe entre estos sujetos? La cortesía diplomática no puede exigir tanta sonrisa. ¿Cuándo olvidarán los cubanos las fotos con el tirano, los negocios con el régimen, las deportaciones de los que intentan huir de la isla cárcel, las recepciones en la Embajada de España y las muchas fiestas en los hoteles del apartheid?” ¿Qué podríamos decir ahora cuando los socialistas pretenden que sea el propio Jefe del Estado el que visite al Carcelero Jefe de la Prisión-grande?
 
En cualquier caso, ¿quién es Manolo Chaves para hablar en nombre de la Casa Real? Una cosa es programar con Castro la visita de Zapatero, y otra muy distinta anunciarle una posible de su Majestad. Dicen que será el ministro de Relaciones Exteriores de la tiranía quien en marzo concretará en España la agenda de la infamia. Pérez Roque podrá entonces festejar con Moratinos lo que para el castrista supuso la mejor noticia de los últimos años. Sólo gracias a los crímenes de marzo podrá pasearse libremente por las calles en las que tendría que ser detenido.
 
Pero no sólo Moratinos es muy amiguito del correveidile del tirano, Chaves va mucho más allá; a su juicio, Castro es un personaje fascinante. Lástima que no se quedara a la verita suya para disfrutar de tanta fascinación. A los disidentes les acusó de estar divididos. Y es que de la vieja guardia socialista no podíamos esperar otra cosa. Son ellos los que gobernaban en España cuando el GAL mató por dinero a varios ciudadanos que jamás pertenecieron a ETA. ¿Por qué van a reprochar a Castro lo que jamás se reprocharon a sí mismos? Hacen lo que les corresponde. Lejos de denunciar sus crímenes, corren a financiarlos. Los proyectos de lo que llaman “cooperación” de la Junta andaluza con los escombros que rodean las más de doscientas cárceles -los más substanciales de cuantos impulsan las comunidades autónomas y que jamás se interrumpieron durante el periodo de vigencia de las sanciones impuestas por la UE al régimen cubano- alcanzan a 15,8 millones de euros desde 1993.
 
Lo de la pasta ya lo sabíamos. Se la niegan a Cáritas para dársela a los verdugos. Pero, sinceramente, lo del Rey no lo esperábamos. Peor imposible. Si nadie –con un poco de vergüenza y de sentido común– lo impide, es posible que Don Juan Carlos viaje a La Habana para autorizar con su presencia la traición del Gobierno español a cientos de miles de víctimas españolas.

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