No podemos confirmarlo, pero es probable que el máximo líder de los multimillonarios se esté muriendo víctima de un cáncer terminal. Son muchos los días que han pasado desde que se publicó una fotografía en la que se le veía consumido hasta el extremo. En cualquier caso, aunque muera antes de que anochezca, habrá vivido más y mejor que la mayoría de sus víctimas. No obstante, y, por fortuna, no todas morirán antes que él. Las que le sobrevivan serán suficientes para recordarnos sus crímenes. Aún conservan la memoria y la necesidad de justicia.
Un exiliado cubano me preguntaba esta semana qué salvaría yo del castrismo. Tardé en contestarle. Por fin le dije que lo primero, probablemente, lo único que rescataría del fuego, sería la videoteca del antiguo coma-andante. En las siniestras películas que allí se guardan encontraríamos las respuestas a muchas de nuestras preguntas.
Cientos de españoles han sido seguidos y grabados cuando paseaban por los escombros que rodean a las más de doscientas cárceles. No por gusto en las habitaciones de sus hoteles se instalaron micrófonos y cámaras ocultas. Cuentan que la robolución guarda como oro en paño el material obtenido. No estoy pidiendo que se haga público lo que se grabó con trampas, pero sería de gran utilidad saber a quién se grabó, por qué y para qué. Tal vez así entenderíamos que sean tantos los compatriotas que justifican lo injustificable.
Son legión los que están preocupados por lo que parece inaplazable. Y no sólo en Cuba. También en España. Temen que en la Isla de los cien mil presos se ponga muy pronto a la venta y, muy barato, lo que a ellos les consta que existe. Es mucha la telebasura. Lástima que ya no se emita el engendro que presentabaCarlos Carnicero. ¿Dónde mejor que en "Confesiones" podrían confesar lo inconfesable?