Menú
Warren Graham

Tres riesgos para 2011

El mercado de renta fija es mucho mayor que el de renta variable y, en comparación con la renta variable, sus crisis son más largas.

Los inversores somos incorregibles. Cuando no hemos terminado de salir de un problema, nos adentramos en otros nuevos con la misma alegría con la que nos introdujimos en el anterior. Todavía no hemos resuelto la crisis mundial, el estallido del sector inmobiliario y la debilidad del sector financiero, cuando ya están saltando las alarmas en otros focos cercanos del mercado.

Adicionalmente, nos olvidamos con facilidad que el verdadero "negocio" del sector financiero es vender ideas mágicas sobre el futuro: qué países van a crecer más, qué activos van a estar más de moda, etc., y de ahí, que nos distraigamos con facilidad como haríamos con los trileros de las calles más transitadas de la ciudad.

Claramente, todo esto hace que el inversor tienda a desprenderse rápidamente de aquellas ideas que no han germinado rápidamente, y salten a otras nuevas con gran esperanza pero, en muchos casos, con poco análisis crítico de sus decisiones.

En mi opinión hay tres frentes donde debemos de estar alerta, pues con bastante seguridad nos expondremos como inversores a consecuencias adversas en pocos meses. Por orden de importancia, hoy analizaré el riesgo de la renta fija, en especial de los bonos soberanos.

La renta fija no es más que deuda, donde el que pide el dinero prestado puede ser un Gobierno, una administración pública o una empresa. El retorno anual para el inversor en la renta fija viene de la suma de los intereses que pagan los bonos, de las variaciones del precio, como consecuencia de las variaciones en los tipos de interés y, por último, como consecuencia del tipo de cambio.

El desconcierto sembrado a nivel económico, político y mediático durante la crisis financiera ha permitido a la renta fija recibir enormes flujos monetarios desde otros activos con mayor riesgo, como las acciones y los inmuebles, con las consiguientes bajadas en la rentabilidad de los bonos gubernamentales, pues a mayor demanda, precios más caros y, por lo tanto, menor rentabilidad.

Hasta septiembre de 2010, la renta fija americana ha recibido 235.000 millones de dólares o, lo que es lo mismo, más de 600.000 dólares por minuto. A esta cifra habría que sumarle las entradas de otros inversores no americanos y las de los últimos años a nivel global en otras clases de activos de renta fija. Mientras la capitalización bursátil mundial ronda los 50 billones, el tamaño del mercado de la renta fija soberana es de cerca del doble.

Como regla general, las caídas en los tipos de interés producen aumentos en los precios de los bonos y viceversa. Hace relativamente poco más de una década, el cupón de los bonos era de dos dígitos, y desde entonces han venido reduciéndose hasta niveles cercanos al 2-3% en Estados Unidos y Europa. Este movimiento descendente ha generado unos retornos anuales significativos y acumulativos en los últimos años, generando rentabilidades históricas que no son sostenibles en el tiempo y alcanzando unos niveles extraordinariamente bajos en los tipos.

Desde los niveles actuales, las rentabilidades de los bonos solo pueden subir, y con ellas vendrán las correcciones en los precios. Claramente, el riesgo de que estas entradas masivas de capital se den la vuelta puede suponer una fuerte caída en los precios, que no se verían compensadas por los cupones que pagan actualmente. ¿Qué puede pinchar esta burbuja?

Es cierto que las crisis de renta fija suelen ser menos abruptas que las de renta variable, ya que las correcciones no son tan llamativas. Pero también es cierto que el mercado de renta fija es mucho mayor que el de renta variable y, en comparación con la renta variable, sus crisis son más largas.

Existen varias posibilidades que harían que la burbuja pudiera pincharse, y entre ellas cabe resaltar:

  • Aumentos en el crecimiento económico, que generen incrementos en los niveles de inflación.
  • Subidas en los tipos de interés. Dado que los niveles actuales, son de mínimos históricos, solo hay una posibilidad: que suban.
  • Que los inversores busquen otros activos donde invertir, que puedan generar retornos positivos más sostenibles.
  • Que los inversores quieran reducir su exposición a esta clase de activos por su riesgo inherente, y que una salida parcial de flujos actúe de catalizador en la puesta en marcha de su propio pinchazo.
  • Adicionalmente, los déficits fiscales de los principales países desarrollados van a causar un cierto tensionamiento en este mercado de renta fija, por posibles bajadas de rating crediticio y por dificultad de captación internacional de fondos, reflejándose en mayores costes de financiación.

En Libre Mercado

    0
    comentarios