Hace unos días escribí varios comentarios en un post de El País, en Facebook, que conducía a un aberrante artículo redactado por la hija del plomero de Francisco Franco.
La descarga a voz en cuello en mi contra no se hizo esperar. No me fusilaron en el acto porque no me tenían a mano, pero estoy segura de que con gusto lo habrían hecho sin reflexionar ni un segundo.
Bien, viniendo de donde vengo, estoy acostumbrada, aunque no resignada ni mucho menos. Jamás lo estaré.
Una de las supuestas razones que oponían a mis comentarios era que yo no tenía por qué meterme en los asuntos españoles, y redondeaban sugiriendo directamente que me largara a mi país. A ver, quienes así responden y actúan se dicen de izquierdas, y lo son, claro. Sin embargo, cuando les es oportuno califican de racistas a los demás. Pues sí, semejantes respuestas de estos hampones son propias de la izquierda, comunista, criminal y racista, además de fascista.
Hubo uno que, hasta con intenciones de delatar mi condición de exiliada anticastrista, insistió en averiguar por qué podía yo ser francesa, y seguir siendo cubana, y para colmo española. No lo merecía, según él. El tono, sin dudas, era el denunciante y, faltaría más, un poco más y exigía que me condujeran a una celda oscura. ¡Lo antes posible!
Aclaro por enésima vez: voy a seguir opinando de lo que me dé la real gana, escribiendo y declarando lo que me parece una falacia, precisamente porque soy cubana, española, francesa, y ciudadana del mundo, y porque además tengo mis derechos y mis razones muy especiales y personales para hacerlo.
Con lo cual, insisto en algo que ya expresé hace unos momentos en las redes sociales: me parece inadmisible que el terrorista asesino Josu Ternera haya sido puesto en libertad en Francia. Y que esto suceda precisamente hoy, en el aniversario treinta y dos del atentado de Hipercor, el 19 de junio de 1987, provocado y dirigido por este salvaje que cuando en comparecencia legal –antes de ser liberado– le han preguntado por su nacionalidad ha respondido: "Forzosamente español".
Añado que me resulta igual de insoportable el regalazo del socialista Pedro Sánchez de entregar el Parlamento de Navarra a Geroa Bai y los bilduetarras. Lo que significa a mi juicio una burla contra las víctimas de Hipercor, asesinadas por ETA, entre las que se encontraban niños, seres humanos cuyos familiares no han podido vivir en paz desde entonces.
En cuanto a Macron y su posible intromisión o injerencia, en este tema –al parecer él sí que puede, siendo francés–, pues que el Elegguá se encargue.