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Zoé Valdés

Su Sanchidad les ha pisado las cabezas

Sánchez es instrumento de una élite que pretende desde hace mucho destruir España.

Su Sanchidad, o sea, Pedro Sánchez, ha conseguido varias victorias que pudieran ser suyas si no hubieran sido ordenadas por los globalistas comunistas, tecnócratas y banqueros. No es que no sea él, es que es él instrumento de una élite que pretende desde hace mucho destruir España.

Hace algún tiempo recomendé una lectura que todavía posee desgraciadamente rabiosa actualidad, se titula Soros: rompiendo España, de Aurora Ferrer y Juan A. de Castro. Entre otros, es un libro fundamental para entender lo que acaba de suceder con los indultos recientes de Pedro Sánchez, favoreciendo la ruptura del país, como han acontecido los acercamientos y liberaciones de los terroristas etarras ordenados por el ministro del Interior, Marlaska, y mucho antes la imposición en toda fuerza de un acto de soberbia como fue desenterrar a Franco.

Desenterrar a Franco fue el verdadero termómetro de lo que pretende este comunista de puño en alto que entona La Internacional con una estudiada timidez y pazguata osadía; sacar a Franco del Valle de los Caídos fue el primer paso, el pretexto ideal para derrumbar y borrar una parte de la historia de España.

Los comunistas son muy previsibles, siempre se atienen a un orden ideológico internacional devenido y reciclado en globalista, con tecnócratas y banqueros a la cabeza. Pedro Sánchez no es todavía uno de ellos, más bien es un perro faldero obediente y pendiente de cada orden que le dan, y que ejecuta con gusto malvado. Porque lo que sí queda claro al observar la obscuridad en el fondo de la mirada de Su Sanchidad es lo sumamente malvado que es.

Lo próximo, después de indultar a unos separatistas, golpistas contra el Estado español, será destronar al rey Felipe VI, luego enviarlo al exilio junto a toda su familia. Este episodio lo conseguirá con el mismo éxito que ha logrado los anteriores. La maldad se impone a la cordura y a la ley. La maldad en estos tiempos tiene más pantalones que la verdad y la justicia, que ya no poseen más que el recuerdo del concepto.

Y este episodio de destronar al Rey –que empezó cuando le impusieron premiar con el Princesa de Asturias a un espía y promotor de la tiranía castro-comunista, y hasta quizás mucho antes, pero dejémoslo ahí– Su Sanchidad lo gozará y disfrutará como niño con juguete nuevo. El nivel de odio y envidia hacia el Rey que acumula este personaje, no sólo en las mandíbulas sino en todo su ser, se le nota por encima de cualquier chaqué que vista para jugar su rol de segundón frente al monarca.

Consiguió la presidencia del Gobierno de España a golpe de fraudes, puso ministras y ministros que más fraudulentos no pueden ser, como se ha visto y comprobado recientemente con el caso de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, con tres títulos fraudulentos en su currículum, ha colocado a su mujer en puestos a compás de fraudes, y sabe que la única manera de colocarse por encima del Rey y de España misma es echando al Monarca y desmoronando el país, haciéndolo boronillas, y si pudiera machacándolo y moliéndolo a su antojo.

La personalidad de Su Sanchidad Don Fraudez es muy parecida a la de Fidel Castro. Si Pablo Iglesias guarda para mí un parecido maligno incluso hasta físico con Raúl Castro, Pedro Sánchez es un calco en odio y desprecio a Fidel Castro, quien hizo del objeto de su odio una finca particular y a todo un pueblo lo convirtió en esclavo; con el apoyo del comunismo internacional y de Estados Unidos, que a la larga ha sido un país de gobernantes comunistas bajo un sistema capitalista que sólo existe para balancear un poco el tourbillon mundial.

Sí, ya sé, dirán que estoy loca. Bueno, qué quieren que les diga, ya me acostumbré. Pero sepan, recuerden, que Venezuela no era Cuba, y España al parecer va por el mismo camino. De ahí no hay vuelta… Y Su Sanchidad acaba de pisotear la cabeza a los españoles.

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