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Amando de Miguel

Cuestión de palabras

Rafael de Olaiz (Alcorcón, Madrid) mantiene una pequeña polémica con su mujer. Ella (nacida en Gerona, pero de raíces extremeñas y toledanas) dice “guisar la ensalada”. Él prefiere “aliñarla” y aduce que “guisar implica la utilización del fuego”. Ciertamente, la condición de utilizar el fuego para guisar los alimentos lo exige el diccionario oficial. Pero en el Tesoro de Covarrubias lo guisado era también “lo aderezado, sazonado, lo que está en razón y en su punto”. Así, en las Partidas se dice “Porque non sería guisado ni derecho de un home…”. La guisa era la manera esperada o razonable de disponer alguna cosa. Luego tampoco choca mucho que uno pueda “guisar una ensalada” o cualquier otro plato. La mujer de don Rafael quizá esté pensando en amanir (= aliñar, aderezar, condimentar, sazonar, preparar) la lechuga (ensiam). Por eso en catalán la llaman amanida cuando ya está preparada. Que todas las discusiones conyugales sean esas.
 
Lo de aliñar significa poner en orden, en línea. En el lenguaje taurino significa “preparar el toro para una suerte, sobriamente y sin adorno ni intención artística”. Ahora, en los restaurantes de algo copete te aliñan las ensaladas con muchos adornos (incluso no comestibles) y una expresa intención artística. Casi se diría que las guisan.
 
Javier Pujalte (Madrid) asegura que el verbo “deshacer” no se emplea bien cuando equivale a cancelar una acción. Entiende que ese sentido le deja “cierto saborcillo a anglicismo injustificado”. Lo de “deshacer” a él le suena más para “deshacer una cama, un nudo o un equipaje”. Vamos a cuentas. De acuerdo con el diccionario de Seco, el verbo “deshacer” significa un a docena de acciones emparentadas. Veámoslas en síntesis:
 
1. Hacer que algo deje de esta hecho.
2. Desandar un camino.
3. Hacer que algo deje de existir.
4. Hacer que algo, previamente acordado, no llegue a realizarse.
5. Destruir totalmente.
6. Descomponer algo en partes.
7. Convertir en líquido algo sólido.
8. Disolver un sólido en un líquido.
9. Realizar con gran intensidad o vehemencia actos que manifiestan afecto o estado de ánimo.
10. Desvivirse por algo.
11. Dar o vender algo frecuentemente inútil o molesto.
12. Librarse de alguien o de algo inoportuno o molesto.
 
Así pues, los sentidos 1 y 3 bien pueden admitir que una acción ha sido cancelada. No veo aquí ningún “anglicismo injustificado”. El verbo “deshacer” es castellano desde el siglo XIII.
 
Miguel Ángel Bartolomé asegura que, al referirse a la trilogía de “la Guerra de las Galaxias”, algunos dicen que la tercera es la secuela de la segunda y que la segunda es la precuela de la tercera. Don Miguel Ángel quiere saber “cuáles serían los términos más correctos”. Ninguno de los dos. Lo de secuela suena mejor para consecuencias no deseadas y lo de precuela es un invento con poca gracia. En el caso de la trilogía, baste decir antecedente y consecuente, prefiguración y continuación, o simplemente primera parte, segunda o tercera.
 
Dani Gómez (Barcelona) desea saber el origen de martingala. Muy fácil. La cosa empezó en un pueblo, Martingues, en Provenza. Por lo visto, sus habitantes, los martingaux, eran un tanto presumidos y dieron con un tipo de calzado que llevaba unas plantillas desmesuradas con el fin de realzar la estatura. De ahí se pasó a martigala o martingala como truco para disimular los defectos físicos a través de la ropa. Por ejemplo, las hombreras, pinzas, jaretas, prendas entalladas, etc. Una extensión más fue la de considerar martingalas los trucos de los juegos de envite o de azar. El sentido más general es hoy el de artimañas, artificios o astucias.
 
Fernando de Mendoza contesta a mi petición de si en alemán la muerte y el excremento se hallan emparentados fonéticamente. Dice así: “En alemán “la muerte” es der Tod ─la “d” final suena parecida a la “t”─ y el excremento es der Kot”. Curiosísimo. Luego lo de “escatológico” como referido tanto a los excrementos como a la muerte no solo se deriva de una confusión del origen griego de esas dos palabras. Esjatós (= lo último, lo postrero) y skatós (= excremento). Nótese el parentesco entre kot y skatós.
 
Guillermo Soler Marin (médico) indica que el famoso bypass lo traduce por “puente coronario”. No está mal, pero la expresión tiene algunos inconvenientes. (1) Sustituye una palabra por dos. Así, cualquiera. (2) Lo de “coronario” no deja de ser un tecnicismo, tan alejado del lenguaje normal como el baipás. Los profanos no acabamos de entender bien si las venas o las arterias forman algún tipo de “corona”. Es una imagen que se nos escapa. (3) Naturalmente, lo de “puente coronario” no vale para los baipases de las carreteras o de las tuberías. Lo bueno de baipás es que todo el mundo acaba pronunciándolo así y sirve tanto para las obras públicas como para la “fontanería” del cuerpo.
 
José Miguel aduce que, por lo que toca a las carreteras, losbaipasesson “variantes”, y a él le parece mejor que “desvíos”. Tiene razón. El “desvío” parece una variante circunstancial, provisional, mientras duran las obras. Lo de “variante” me parece bien, pero no creo que cuaje para la cirugía del sistema circulatorio del cuerpo. Habrá que establecer un premio para quien dé con una sola palabra castellana que equivalga aby passy que, por tanto, sirva tanto para las obras públicas como para la cirugía cardiovascular.

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